Aportes para Descolonizar el Saber Eurocentrista

Francisco Bauer*

* Es Docente en la Cátedra de Historia Contemporánea de Asia y África. Escuela de Historia. Universidad Nacional de Córdoba.

Permitida su Publicación Total o Parcial  citando la fuente y enviando copia al autor a: Escuela de Historia, Universidad Nacional de Córdoba. Estafeta 32. Pabellón España Ciudad Universitaria. 5000. Córdoba.Argentina. I.S.B.N. Nº 989-43-6941-8. Año 2007. Derecho Reservado Ley 11.723. Editorial LA CAÑADA. Dirección, Adm. y Talleres. Marcelo T. de Alvear 233. Tel./Fax: (0351) 4241984. 5000 - Córdoba (Rep. Argentina).

DEDICATORIA
A la memoria de mi Madre y Padre
Para Alejandra, Sofia y Carlos

ÍNDICE

Aportes para Descolonizar el Saber Eurocentrista

I. CrÍtica a la ConcepciÓn Eurocentrista
Resumen
La Expansión y Aculturación Europea
Pensar Criticamente
Construir Alternativas
Implicancias Metodológicas del cambio de Paradigma
Bibliografía

II. El Desafio de Descolonizar
La Educación Eurocentrista

III. ¿CuÁl es la Identidad de los Argentinos?
Tres aspectos de la Identidad de los Argentinos
Toponomia Mestiza
La Toponomia de la Provincia de Córdoba
Lengua Mestiza
Nuestros símbolos Patrios

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Crítica a la concepción eurocentrista**

** (Autor: Francisco Bauer) - El trabajo fue presentado en las VIII Jornadas Interescuelas de Historia en Salta el año 2001. Publicado en el Anuario de la Escuela de Historia, Nº 2, de la Universidad de la Provincia de Córdoba.

RESUMEN

Este artículo tiene por objeto aportar a la revisión crítica de las ciencias sociales dirigidas a romper con el paradigma eurocéntristico y tratar de dar un paso adelante en la creación de una red cenceptual y cambios metodológicos que permitan incorporar lo omitido, lo tergiversado y hacer una lectura diferente del pasado y el presente. La política neoliberal de mundialización y su desarrollo capitalista pretende unificar culturalmente (en su sentido antropológico) a la humanidad configurando una nueva forma de colonialismo que se asienta en supuestos eurocentristas. En la medida que se impone el neoliberalismo implica mayor riesgo de existencia para la diversidad cultural, las sociedades no europeas, debido a sus graves tergiversaciones y acciones aculturativas. Considerando que todavía hoy las diversas culturas del mundo no tienen la representación proporcional en la historia universal, la construcción de una historia no eurocentrista, ni ameri-cacentrista, ni asiacentrista, ni africacentrista, requiere la revisión de las ciencias sociales para poder entender los pueblos en un plano de igualdad.

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LA EXPANSION Y ACULTURACIÓN EUROPEA

El eurocentrismo es un tema polifacético, tiene sus raíces en la cultura de Europa y en su difusión durante el proceso histórico de expansión a escala planetaria. Tal proceso da comienzo cuando Colón llega al continente Americano en 1492 y luego acuerdan los tratados de Tordesillas y Zaragoza en los cuales España y Portugal se reparten el mundo, sin que el resto del mundo no europeo se diera por enterado en esos momentos. Este proceso continua abierto hasta el presente, expresado en la tendencia a la homogeneización cultural del globo.

Durante la conquista de América se sometió a unos pueblos y se destruyó a otros desde el comienzo del proceso. Tres siglos después, Alexis de Tocqueville comentaba en ese entonces:

«¿Acaso no se diría, viendo lo que pasa en el mundo, que el europeo es a los hombres de las otras razas lo que el propio hombre a los animales? Los utiliza en su provecho, y si no puede doblegarlos, los destruye».1

Más adelante agrega:

«La desaparición gradual de las razas indígenas tales como las tribus indias que en otro tiempo habitaban el territorio de Nueva Inglaterra, los narragansetts, los mohicanos, los pecots, sólo existen en el recuerdo de los hombres; los lenapes, que recibieron a Penn hace ciento cincuenta años en las orillas del Delaware, hoy han desaparecido. He conocido a los últimos iroqueses: pedían limosna».2

Esta faceta del proceso es un fenómeno de larga duración que continua en el presente, implacable e intolerante con los pueblos en situación de riesgo o bien con las culturas en extinción.

Las relaciones imperio - colonias también desarrollaron otra faceta en el proceso, otro fenómeno de larga duración, la aculturación.3 Los pueblos autóctonos tuvieron a modo de opciones las siguiente alternativas: una, alejarse del blanco, quedando librado a la suerte de no ser alcanzado y de que la depredación del medio ambiente no hiciera desaparecer su alimento; segundo, la guerra contra el blanco y tercero, debieron aceptar la imposición de la «civilización». En la India, colonia de Gran Bretaña, «La alternativa principal fue la de Macaulay: la creación de «una clase que podría ser intérprete entre nosotros y los millones que gobernamos: una clase de personas indias de sangre y color, pero inglesas en sus gustos, opiniones, moral e intelecto».4

Estos procesos tienen otra característica: se trata de las relaciones verticales entre el país imperialista y sus colonias, como mercados cautivos, al mismo tiempo, obstruían las relaciones horizontales de los pueblos colonizados impidiendo sus comunicaciones. La colonización fue reforzada por la revolución industrial, la división internacional del trabajo y luego por el capital financiero al transmitir algunos cambios científicos y tecnológicos producidos en Europa y otros no, de este modo, el ritmo de modernización y occidentalización se acelera en la periferia pero, ensanchando la brecha entre dominadores y dominados. Luego el imperialismo modifica su forma de operar, y da lugar al último período gestado el neocolonialismo: Este entendido como la relación de dominación del conjunto de países del centro capitalista sobre la periferia, que se apoya en el factor económico y en el proceso de aculturación anterior, valiéndose entre otras cosas de los medios de comunicación de masas. Esto se lleva acabo sin ocupación territorial permanente y sin bandera, pero ejerciendo presiones externas económicas, políticas militares y culturales. Cada mercado que antes era dominado por una potencia imperialista, pasó a ser sometido y compartido por varias potencias simultáneamente. Mac Ferro expresa:

«El imperialismo sin colonización: (...) se desarrolla de manera más pura (es decir, sin la idea de instalar allí colonos) en América Latina, (...) en relación a Estados Unidos. Este imperialismo sin bandera sobrevivió a los movimientos de independencia de la segunda mitad del siglo XX.

Así, las diferentes formas del imperialismo y de la colonización se empalman y se penetran mutuamente».5

Desde la Conferencia de Bandung (1955), la descolonización y el protagonismo de los Movimientos Nacionalistas Modernos, hicieron posible por primera vez entre los países periféricos la relación orgánica horizontal en el Movimiento del Tercer Mundo. Este movimiento es el resultado combinado de la resistencia cultural y la aculturación, transmitida por las potencias europeas, éstas dieron forma a la sociedad, al Estado y la Nación en el mundo colonial, y los nuevos países al independizarse trataron de imitar, unos más otros menos, a los estados europeos. En consecuencia, se puso de manifiesto la crisis de identidad cultural con todo lo que ello implica en los nuevos estados - naciones.

Una de las diferencias importantes entre el comienzo y el momento actual de la expansión europea, es que antes predomina la diversidad cultural entre los pueblos sin que una cultura tuviese la hegemonía planetaria. Los antropólogos estiman que en la actualidad existen aproximadamente la mitad de las etnias que había en 1492. Al respecto afirma Darcy Ribeiro: "que la actual configuración étnica de la humanidad es el resultado del exterminio de millares de etnias, de la fusión de razas y de la difusión lingüística y cultural". Así, en el camino hasta el hoy, la población de Europa creció y se difundió con su movimiento migratorio sobre el mundo, dando lugar a una diferencia notable, con tantos pueblos no europeos, que se perdieron con sus tesoros culturales, sus autodeterminaciones, sus economías autosuficientes, sus derechos a ser, el equilibrio ecológico, etc. No obstante, la cultura de Europa sigue actuando como la fuerza del proceso de aculturación dentro de un proceso histórico abierto. De este modo, la hegemonía cultural europea del presente contrasta con la mayor diversidad cultural del pasado. Este cambio, se expresa en la formación del sistema internacional como la estructura mayor creada hasta el momento, formada por los estados - naciones centrales y periféricos con voz y voto, como una obra del imperialismo. El resto de los pueblos que no se asimilaron, es decir, no formaron estados - naciones, carecen de representatividad y de derechos ante los pueblos del mundo. El sistema internacional omite por un lado y oprime por el otro a los pueblos sin representación en la ONU, ambos de hecho, forman el sistema mundo más amplio que el internacional. Todos los pueblos autóctonos o indígenas son las minorías explotadas y oprimidas dentro de los estados naciones. Esto debería dar lugar a reflexiones, como la de revisar nuevamente el concepto de frontera, para que estos pueblos adquieran el status de seres humanos respetados por los otros, de esta manera, podríamos sugerir la idea de fronteras culturales, o bien, combinar las diferentes fronteras políticas y culturales en las naciones existentes. En el caso de África se requiere una redefinición de fronteras, de esta manera se evitarían guerras de secesión basadas en diferencias étnicas que fueron ignoradas, o no consideradas adecuadamente desde la conquista hasta el presente, por eso allí el estado nación es una quimera.

Chesneaux afirma:

El capitalismo, agente unificador de la historia. Está fundado a la vez en la capacidad y en la necesidad de un autodesarrollo ilimitado: el capital, base del sistema, no puede subsistir sino ampliando su sustancia; tiene constantemente necesidad de invertirse en nuevas actividades, productoras de plusvalor y, por lo tanto, de nuevos capitales a los que habrá que encontrar a continuación nuevos mercados...

Para reforzar esta idea, Chesneaux cita del Manifiesto Comunista lo siguiente:

La invasión del globo. Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes. (...)Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas (economías autosuficientes en el proceso de aculturación) 6 y están destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo. (...) Se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. (...) Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza. Luego Chesneaux comenta: En este sentido, la historia universal, la fusión de la historia particular de los diferentes pueblos en un destino común, comenzó realmente en el siglo XVI.7

En consecuencia señalo tres fenómeno íntimamente ligados en todo el planeta. Primero, la formación de la economía mundo, que a un mismo tiempo, conecta las economías de los diferentes lugares del planeta funcionado como un espacio cerrado, y en su camino va destruyendo las economías autosuficientes de la diversidad cultural de los pueblos no europeos. Segundo, sin duda que el capitalismo es el agente unificador de la historia, porque obliga a adoptar el modo burgués de producción y crea así una tendencia a un destino común para la humanidad, simultáneamente interconectó las historias particulares de los diferentes pueblos con la historia de Europa, y en este sentido viene operando con todas sus implicancias. Pero ¿El autodesarrollo del capitalismo es realmente ilimitado? ¿El planeta puede soportar indefinida-mente la contaminación del aire, el agua, la tierra y de todo cuanto ella contiene? El desequilibrio ecológico, el cambio de clima en el mundo por causas culturales, es también una realidad creada principalmente por el imperialismo. No hay duda, los límites existen, aunque no podamos precisarlos con exactitud. La población misma constituye un límite, ya no hay continentes a incorporar al capitalismo y a esto debemos sumarle que las masa de pobres sigue creciendo en el planeta. Tercero, ¿haber obligado a gran cantidad de pueblos a seguir la vía del capitalismo y su cultura no es una actitud eurocentrista? Sí, efectivamente la expansión europea sobre el conjunto de los pueblos de toda la tierra no respetó los diferentes modos de vida y generó una contradicción central de carácter intercultural entre la cultura europea capitalista y la diversidad cultural del resto del mundo. Esta contradicción se inició con la conquista de América, continuo difundiéndose con las sucesivas conquistas y colonizaciones hasta llegar vigentes al presente. Reconocer la centralidad de esta contradicción omitida y relegada en los estudios históricos, económicos, políticos, etc., daría lugar a una reinterpretación de lo acontecido en los últimos cinco siglos y permitiría abordar las cuestiones pasadas, presentes y futuras de manera diferente, es decir, no eurocentrista. Esta contradicción, debe verse como un inclusor mayor, que contiene y combina en ella a las otras contra-dicciones, tales como: capital - trabajo, tanto en los países del centro como en la periferia, aunque de manera diferente, con sus particularidades en cada caso. Este planteo implica un reordenamiento en el entramado de las contradicciones en la historia unificada mundial, (este tema será desarrollado en otro trabajo). También, significa reconocer a los otros al identificar las contradicciones interculturales, tales son por ejemplo, los pueblos aborígenes nucleados en el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional, y aquellos pueblos considerados como minorías sometidas, o insignificantes desde la perspectiva de la contradicción imperio - colonias, imperio - nación, capital, trabajo, imperios - neocolonias. Hasta el presente la unificación capitalista y cultural es una tendencia homogeneizadora y hegemónica inconclusa que desarrolla una lógica de destrucción de la diversidad cultural del mundo. Los países periféricos y los Pueblos sin Representación Política en la ONU, por su situación de riesgo, deberían mejorar solidariamente su participación con el Movimiento de Países NO Alineados y su contribución en el Foro Social Mundial a los fines de unir posiciones alternativas al neocolonialismo.

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PENSAR CRITICAMENTE

Para abordar esta compleja realidad tomamos las palabras de Inmanuel Wallerstein:

Las ciencias sociales han sido eurocéntricas a lo largo de su historia institucional, es decir, que han existido departamentos que han enseñado ciencias sociales dentro del sistema universitario. (...) Las ciencias sociales son un producto del sistema - mundo moderno y el eurocentrismo es constitutivo de la geocultura del mundo moderno. Además, como estructura institucional, las ciencias sociales se originaron básicamente en Europa. Emplearemos aquí Europa más como una expresión cultural que cartográfica; en este sentido, cuando hablemos sobre los dos últimos siglos nos estaremos refiriendo principal y conjuntamente a Europa occidental y Norteamérica. Al menos hasta 1945, las disciplinas de las ciencias sociales están de hecho abrumadoramente localizadas en tan sólo cinco países: Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y los Estados Unidos. (...) Las ciencias sociales surgieron como respuesta a problemas europeos en un momento de la historia en el que Europa dominaba todo el sistema-mundo. Era prácticamente inevitable que la elección de su objeto, su teorización, su metodología y su epistemología reflejarán todas las fuerzas del crisol donde se forjaron. (...) En el período posterior a 1945, (...) La descolonización de Asia y Africa y el incremento de la conciencia política de la totalidad del mundo no europeo han afectado al mundo del conocimiento tanto como a la política del sistema mundo. Uno de los cambios fundamentales que se produjeron y que perduran hasta hoy desde al menos treinta años, es que el eurocentrismo de las ciencias, ha sido atacado, duramente atacado. (...) y no hay ninguna duda de que, si las ciencias sociales han de progresar en el siglo XXI están obligadas a superar su herencia eurocéntrica, que ha tergiversado sus análisis y su capacidad de abordar los problemas del mundo contemporáneo».8

Para facilitar su utilización es conveniente definir tal concepto. El eurocentrismo es una expresión particular del etnocentrismo europeo en las ciencias sociales (historia, filosofía, economía, política, derecho, sociología, cartografía, etc.), se constituye en un paradigma que opera de forma inconsciente o consciente, formado por actitudes, sentimientos y prejuicios de superioridad actuando como supuestos, valorando en mayor medida lo propio europeo al estudiar pueblos y culturas diferentes. Otra forma más sutil es omitir información, o bien, dejarla de lado.

El eurocentrismo no considera que cada cultura es única y tiene su propia dinámica, lo que le da el carácter histórico a cada pueblo. Si bien hoy la mayoría de los pueblos han sufrido la aculturación o algún tipo de contacto con lo europeo y es imposible volver atrás, sin embargo, es conveniente proponer el respeto y el derecho a la vida y a su propia cultura de los diferentes pueblos en situación de riesgo, donde cada comunidad elabore su propia síntesis cultural con lo existente, como una forma de oponerse a la uniformidad cultural que cierra caminos a la humanidad y está propiciada por la política neoliberal. Desde otra posición, se decía después de la Segunda Guerra Mundial que la antropología desaparecería junto con su objeto tradicional, los llamados pueblos primitivos, por la rapidez con que estos pueblos desaparecían, sin embargo, en el año 1989 con el fin de la Guerra Fría y la disolución de la URSS, resurgen los problemas étnicos, de nacionalidades, etc.

¿Será que el concepto de nación y estado moderno en los países periféricos no se corresponden con el contenido que encierran? Los casos más evidentes están en África donde cada Estado nación puede tener cinco, diez o cuarenta etnías diferentes en su seno. ¿Será que setenta y cinco años de conquista y colonización directa no fueron suficientes para completar la aculturación? El concepto de sociedades multiculturales tampoco tiene una aplicabilidad en Africa, se trata de pueblos que fueron forzados a convivir en un mismo país artificial. Edmundo Heredia sobre las relaciones internacionales en Latinoamérica dice: «se requiere una específica teoría para el estudio de estas relaciones, y por no existir tal teoría es necesario recurrir a soluciones meramente convencionales cuando, como en este caso, debemos hacer una relación crítica de su historiografía.» 9

El eurocentrismo tampoco tiene en cuenta el relativismo cultural, es decir, que al evaluar los hechos, los comporta-mientos, etc., dentro de una cultura, aunque están interrelacio-nadas con otras culturas, debe hacerse de acuerdo a los valores del propio contexto en que se producen. De este modo, la consecuencia es que el eurocentrista, al no utilizar este concepto, distorsiona la historia de los pueblos conquistados y colonizados por ellos en América, Asia, Africa y Oceanía. Por supuesto que no se trata sólo de conceptos, sino también, de intereses creados económicos y políticos que están en juego.

La aculturación producida en el largo proceso de conquista y colonización mundial, trajo aparejado el resultado que la cultura europea se convirtió en hegemónica. Las ciencias sociales enseñadas en las universidades y escuelas medias de los países periféricos también son eurocentristas, debido a los supuestos desde donde piensan, porque los países centrales continúan siendo los modelos que se tratan de imitar, desvalorizando la propia producción y reproducción cultural en su sentido antropológico. La afirmación de lo europeo se corresponde con lo que se denomina xenocentrismo: valorar más la cultura ajena que la propia. La bibliografía es abrumadoramente de origen europeo, lo que opera como un fuerte condicionante de los investigadores, docentes y alumnos. A esta situación distintos autores la denominan coloniaje cultural, por reproducir la cultura hegemónica de los países imperialistas. Al respecto Cardoso y Brignoli dicen: «Aunque la anulación total de los condicionamientos e imposiciones resultantes de la dependencia cultural no es posible, salvo eliminándose las verdaderas causas de esta última,...»10

El eurocentrismo de las ciencias sociales se ha manifestado de formas diferentes. La explicación del dominio europeo en el mundo moderno fueron justificados por los logros de la historia europea en la economía, la tecnología y lo militar. Se trata de algo que los europeos se enorgullecen y creen que el resto del mundo debería imitar. Por lo tanto, en el ámbito académico y a todos los niveles (universitario, medio y primario) la tarea consiste en modificar los planes de estudio, los programas de las materias, seminarios, cursillos, etc., y desde el punto de vista particular de una historia revisionista es necesario desenmascarar y deconstruir la historia eurocentrista. Por lo tanto, se trata de una tarea colectiva de los intelectuales acompañando simultáneamente los movimientos sociales locales.

Tratemos algunos de los problemas más generales:

En la visión europea la historia y la prehistoria se distinguen a partir de la escritura. Con este criterio, los pueblos que no inventaron esa técnica no tendrían historia. Sabemos que son muchos más los pueblos sin escritura, pero sabemos también que tienen historia oral, ésta se trabaja con otros métodos completándose con la antropología y la arqueología.

Todavía hoy se enseña la secuencia: Prehistoria, Historia Antigua, Medieval, Moderna y Contemporánea como una periodización universal, cuando sólo corresponde a Europa. Podríamos decir, cada continente tiene su propia periodización, aunque éstas se están construyendo con muchas dificultades: archivos incompletos o ausencia de documentación (el obispo Landa hizo quemar los códices Mayas), falta mejorar y difundir los métodos de la historia oral, incorporación plena de actores como son los pueblos aborígenes y las tierras usurpadas transformadas en latifundios. Este tema haría cambiar notablemente muchas historias nacionales en América por la cantidad de tratados y acuerdos realizados y no contemplados en la historia oficial y así se aportaría a la superación del enfoque eurocentrista.

Otro defecto son las extrapolaciones incorrectas de conceptos que corresponden a períodos de la historia de Europa, tal como el feudalismo que fue aplicado a un enorme número de casos, sin que fuesen feudales. De esta manera pretendieron darles a sus conceptos una universalidad que no tienen.

El concepto civilización, fue utilizado como un principio de distinción entre la Europa Moderna considerada a sí misma como la única civilizada, una sociedad adulta, mientras los otros eran vistos como niños necesitados de tutela o bien como primitivos y bárbaros. Esto justificaba la imposición de valores y normas de la cultura europea a los otros pueblos.

La teoría del progreso moderno marcó las ciencias sociales. Esta idea europea tuvo una fuerte presencia en la política de los países denominados periféricos, dando lugar a conceptos de desarrollo y subdesarrollo capitalista, es decir, conceptos que son el resultado de la dominación europea bajo su propia expresión. Así es como los europeos comparaban sus países con los otros llamados atrasados, omitiendo que todos los pueblos antes de ser conquistados, eran autosuficientes y desconociendo que cada cultura tiene su propio ritmo de crecimiento e identidad en un mundo con diversidad cultural. El progreso moderno está cuestionado por su costo social, cultural, ecológico y porque es una de las causas que alimenta la contradicción intercultural entre uniformidad y diversidad cultural.

La palabra occidente expresa uno de los cuatro puntos cardinales en el campo de la geografía, pero lo redefinieron como una categoría ideológica que identifica lo europeo, porque depende del lugar en que se sitúe el meridiano cero, para que tal parte del mundo sea oriente u occidente. Además, no olvidemos que el meridiano de Greenwich surge como un acuerdo técnico entre las potencias europeas para repartirse África en la Conferencia de Berlín en el año 1884. Como afirma Arno Peters el meridiano de Greenwich tampoco tiene razón de existir porque el observatorio fue cerrado y trasladado a Hurstmonceux en el año 1953.

Caracterizar a diversos pueblos del planeta como precapitalistas, supone que esos pueblos necesariamente debían pasar por el capitalismo, implica una concepción lineal de la historia. A menos que se considere precapita-listas a los pueblos antes de ser aculturados por Europa. La multilinealidad en la interpretación de la evolución histórica a ganado fuerza en el siglo XX debido a las impensadas consecuencias de los grandes aconteci-mientos. Ambas interpretaciones son hechas desde posturas europeístas. Deberíamos pensar la multilinealidad en la historia desde la diversidad cultural de la humanidad y no sólo desde la perspectiva eurocentrica.

Sobre los modos de producción es interesante conocer el aporte de Claude Meillassoux, que superando las actitudes dogmáticas y estudiando Africa, ha elaborado el concepto de modo de producción doméstico válido como un instrumento de carácter universal, además encontró nuevas aplicaciones al concepto marxista de «acumulación originaria» en los procesos de colonización. Perry Anderson nos comenta acerca del "modo de producción asiático":

Demos a este último concepto el honroso entierro que se merece. Está perfectamente clara la necesidad de una investigación histórica mucho más amplia y profunda antes de que puedan deducirse verdaderas conclusiones científicas de las diversas vías de desarrollo no europeas(...)11

El debate sobre el modo de producción asiático dejó una lección clara, no se puede reducir la historia de todos los pueblos de un continente con una gran diversidad cultural a una categoría uniforme de modo de producción y formación económico social. Reconocer la diversidad de opciones, que cada pueblo puede construir, significa, que puede haber tantos modos de producción como culturas diferentes existieron y/o existen.

Por último, tanto el liberalismo como el marxismo son eurocéntricos. Si bien este último constituye una de las críticas científicas mejor fundamentadas al sistema capitalista, Marx no pudo escapar a la influencia del marco ideológico de su tiempo. Por ejemplo, Marx escribió:

Inglaterra tiene que cumplir en la India una doble misión: destructora por un lado y regeneradora por otro. Tiene que destruir la vieja sociedad asiática y sentar las bases materiales de la sociedad occidental en Asia. (...) Los ingleses fueron los primeros conquistadores de civilización superior a la hindú, y por eso resultaron inmunes a la acción de esta última.12

El texto expresa sin lugar a dudas una justificación del proceso de aculturación, por el cual Inglaterra sometió a la India. Cien años después Nehru afirmaba:

La antigua cultura de la India se sobrevive a sí misma. Silenciosa y desesperadamente, lucha contra un adversario nuevo y todo poderoso: la civilización del Occidente capitalista. Es seguro que sucumbirá porque el Oeste aporta su ciencia (...). Pero el Oeste aporta también un antídoto contra los venenos de una civilización caracte-rizada, en cierta manera, por la violencia y el caos, y este antídoto son los principios del socialismo, la idea de la cooperación al servicio de la comunidad y para el bien de todos. Idea que no está muy lejos del antiguo ideal Brahmanico de «servicio»; pero que significa también la «brahmanización» (en un sentido laico) de todas las clases, de todos los grupos, y la abolición de la distinción de clases. Y quizá la India, cuando cambie de traje, lo cual es inevitable porque su traje viejo esta hecho harapos, mandará cortar el nuevo sobre este mismo patrón, de manera que convenga tanto a las condiciones actuales como a su pensamiento antiguo. Los principios a los que se incorpore tendrán que estar relacionados con las raíces de su suelo.13

Después de doscientos años de colonización inglesa la India se encontraba entre las naciones más pobres del mundo, pero la europeización continúa con el neocolonialismo, quizá como el último vínculo que debe romper y superar mediante una síntesis cultural. En el siglo XX los partidos de izquierda pretendieron crear sociedades socialistas opuestas al capitalismo, pero con intenciones igualmente uniformadoras culturalmente desde una perspectiva eurocentrista y no pocas veces combatiendo a otras culturas.

Este pequeño conjunto de críticas a los conceptos y explicaciones eurocentristas necesariamente nos debe conducir a la revisión de las teorías del conocimiento, distinguiendo en ella dos críticas bien diferenciadas a los saberes europeos modernos que se difundieron por el mundo. Primero, las tres características básicas eurocentristas del saber científico y religioso, a) que sus saberes fueron considerados los únicos válidos, b) como universales, y c) excluyentes de los otros saberes de la diversidad cultural. Segundo, la otra crítica es al saber europeo moderno en su propio contexto histórico y cultural, al dualismo, al idealismo, a la autonomía de la razón, al mecanicismo, etc.

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CONSTRUIR ALTERNATIVAS

La crítica al eurocentrismo, implica cambiar el punto de vista desde donde se piensan las ciencias sociales. Es otro paradigma para desmontar la historia eurocentrista y trabajar en conformar otra historia, ganando claridad sobre el objeto de estudio y en el sujeto que estudia.

La crítica al eurocentrismo corre el peligro de hacerse desde los propios supuestos teóricos europeos, esto es lo que debe evitarse. Tampoco se trata de negar todos los conceptos europeos, sino de ir creando una red conceptual como plantea Dominique Perrot y Roy Preiswerk: «conceptos monoculturales correspondientes a la experiencia de un grupo. Los conceptos interculturales son válidos en muchas culturas cuyo número no está necesariamente determinado. Por fin, los conceptos cosmoculturales se vinculan a experiencias comunes a todas las culturas como a proposiciones teóricas verificadas. Serían, por lo tanto, de aplicación universal14

De esta manera se aportaría a la construcción de un aparato teórico nuevo. En este sentido es imprescindible señalar el enfoque alternativo al eurocentrismo. ¿Desde qué otro lugar se puede pensar?

a) La crítica al eurocentrismo esta unida a la crítica de la modernidad europea. Debemos aclarar que en el etnocentrismo reconocemos como positivo la afirmación de la identidad y el hacer sentir parte de un todo cultural en tiempo de la niñez y la adolescencia, mientras que sus manifestaciones negativas se expresan en el adulto como hemos señalado anteriormente. El eurocentrismo incide en todo lo que se puede observar, oír en las maneras de obrar, de pensar y de sentir, cuando el investigador selecciona el objeto de estudio, los conceptos, elabora hipótesis y elige los hechos, en las descripciones, clasificaciones, análisis, interpretaciones y explicaciones. También en la formación general de las personas, por todo esto, no es fácil de combatir, y al tergiversar las explicaciones de las ciencias sociales, restringe la capacidad de abordar problemas y soluciones, porque lo hace sólo desde las pautas europeas.

La crítica a la modernidad, la hacemos limitada sólo al enunciado de algunos aspectos relevantes: en su aspecto económico está regido por la ganancia sin límites, la riqueza convertida en valor principal de la sociedad y no el hombre. Con el transcurso del tiempo, la búsqueda del lucro desnaturalizó los otros aspectos de la cultura, a la educación, la salud y la medicina son transformadas en un comercio, a los deportes, la música, la política, la ciencia, la técnica, la naturaleza, en fin, todo lo que la burguesía toca es convertido en negocio, de este modo, podríamos decir que la cultura se economiza, y cada uno de sus componentes se desvirtúa al perder lo que le es propio. Así, la moral ha quedado reducida al discurso, a la retórica, mientras el individualismo exacerbado (creación moderna) reina sobre los intereses sociales.

b) Para romper con el paradigma eurocentrico además de la crítica debemos señalar nuestros supuestos básicos. El universo y todo lo que él contiene es bastante más amplio y complejo que todas las concepciones elaboradas por los hombres. Se trate de concepciones europeas o no europeas. Desde este punto de referencia se deben intentar construir las síntesis culturales, tanto en la interpretación de la historia, como en los modos de vida, considerando las culturas anteriores a la expansión europea, ella misma y las sobrevivencias de las etnias indígenas hoy, es decir, desde la diversidad cultural de la humanidad acompañada del debate necesario y constructivo considerando al otro, al diferente, y así acercarnos a otra verdad provisional, que nos permita avanzar superando los obstáculos. Ver el mundo desde la perspectiva de la diversidad cultural, y como dice Arno Peters: "Ya no vemos el mundo desde el ángulo de nuestro propio país, sino el propio país desde la perspectiva del mundo."15. Este cambio de actitud es correctivo de los diferentes enfoques etnocéntricos, por lo tanto, constituye un paso adelante en el campo de las ciencias sociales.

c) Pensar desde la propia identidad cultural, ya sea mestiza, criolla, aborigen, etc., para construir el nosotros y proyectarse hacia el futuro, en un proceso permanente de destrucción y construcción unida a proyectos que le den sentido. En otras palabras como pueblos dependientes, que en lo interno, se caracterizan por tener una diversidad cultural: población mestiza, plurilingüistica, plurietnica y pluricultural, como sociedades complejas y dependientes del imperialismo a un mismo tiempo nacionales y multinacionales. Pensar desde cada lugar en que vivimos, parece simple, pero no debemos olvidar los mestizos, que nosotros fuimos formados, sin darnos cuenta, en una concepción eurocentrista. También estamos experimen-tando la hegemonía de la cultura europea en el mundo, entonces, para ser coherentes, debemos sustraernos a esa influencia dominante, trabajando en la construcción de una síntesis cultural mestiza y propia. Edmundo Heredia lo plantea así:

Una clave para la comprensión(...) es la historia sentida y pensada como experiencia vital y la perspectiva de lo americano que recibe, incorpora, asimila y recrea lo europeo a la vez que recupera e instala a la autoctonía americana, es el estudio de las culturas latinoamericanas.16

d) La crítica al eurocentrismo nos permite ver otra característica que suele manifestarse en Latinoamérica el xenocentrismo, es decir, valorar más lo ajeno que lo propio, valorar lo europeo más que lo latinoamericano. Esto se debe entre otras cosas a la aculturación y su enorme peso en el inconsciente colectivo de los pueblos. De esta manera resultó ser una paradoja: El etnocentrismo es un fenómeno común a la mayoría de los pueblos, sin embargo, coexiste en las mismas personas y pueblos con el xenocentrismo.

Es necesario ejercitar el autocontrol del etnocentrismo propio, esto requiere una práctica prolongada para evitar caer en el otro extremo como es el américacentrismo, asiacentrismo, africacentrismo, etc. De esta manera, la historia deberá «mostrar la diversidad y la relatividad de las culturas».17 Otro concepto a tener en cuenta es el de la ambigüedad, como una característica presente en los fenómenos sociales y culturales donde predominan las culturas mestizas y dependientes.

e) "La cultura europea se ha asentado en un básico divorcio entre la naturaleza y la cultura, en donde el hombre se concibe a sí mismo como dominador de la primera más que como parte integrante de la misma."18 A este divorcio han contribuido las ciencias modernas de la naturaleza y del hombre. En este campo nos damos cuenta que el progreso moderno puede llevar a la autodestrucción, de ahí que, surgieron los movimientos ecologistas tratando de religar al hombre y la naturaleza. La armonía hombre naturaleza es el principio desde el cual se pretende recuperar el equilibrio ecológico y abandonar el accionar destructor de la naturaleza considerada como un simple recurso económico para explotar.

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¿Cuáles son las implicancias metodológicas del cambio de paradigma?

Estamos hablando de una historia en función social y de la naturaleza que registra y explica los cambios en la naturaleza y las acciones humanas.

Nuestro enfoque histórico se realiza desde la perspectiva del mundo considerando la diversidad y relatividad de las culturas de cada continente o país. Al enfocar de esta manera debemos incorporar lo omitido, o sea, la historia de los pueblos extraeuropeos. En los países periféricos, generalizando, podríamos decir que hay dos historias paralelas la oficial eurocentrista y la historia de los pueblos aborígenes. Para ser abordada, esta última, hay que considerar contradicciones y actores sociales que antes se soslayaban. Se requiere apelar a la heurística para crear conceptos específicos en las investigaciones de las experiencias de cada país. La especificidad de los conceptos nos permitirá alcanzar mayor precisión en las interpretaciones y contribuir a superar las extrapolaciones distorsionantes. Recordemos la red conceptual sugerida: conceptos monoculturales, pluriculturales y universales. Esta es una manera de afrontar la crisis interpretativa que genera el mutuo desconocimiento cultural de lo europeo y no europeo.

Otro aspecto lo constituye la renovación metodológica en torno al uso de la etimología como rama de la filología. Podemos partir de concebir que la "Etimología" es un concepto universal y que comprende el origen de las palabras, la razón de su existencia, forma y significado. A ésta definición del diccionario, le debemos asociar las transformaciones en las palabras relacionadas con sus contextos culturales y territoriales propios y ajenos como parte de procesos históricos.

La etimología de las palabras suele ser la parte inicial de un criterio científico moderno para nombrar un concepto o una teoría. Este consiste regularmente en tomar siempre palabras de origen griego o latino y luego se define la ciencia. Por ejemplo: Etimológicamente, la palabra antropología se deriva de la raíz griega antropho (hombre) y de la terminación nominal logia (ciencia). Este criterio se repite con las diferentes disciplinas cuando se abordan los temas de investigación de todo tipo y de diferentes culturas en todo el planeta. Sí bien el criterio es válido, tiene limitaciones, los idiomas son siempre parte de una cultura y en su propio contexto funcionan adecuadamente, pero en otros contextos culturales no puede nombrar del mismo modo todas las cosas, es allí donde se debe observar que hay palabras imposibles de traducir a otra lengua, hay fenómenos que sólo pueden nombrarse desde la propia lengua y cultura. Resultan ininteligibles o no pueden definirse desde lenguas europeas. Esta es otra limitación de la ciencia moderna eurocentrista.

¿No sería más conveniente y enriquecedor tomar los significados de palabras de varias lenguas como el Nahualt, Quichua, Guaraní, lenguas Bantú, Swahili, Sánscrito, Hindi, Chino, Thai, Urdu, Arabe, etc., además del griego y el latín? Sí se trata de formar conceptos de carácter universal sería interesante tomar varias lenguas de los distintos continentes como referencias. Cuando se investigan problemas singulares de un determinado pueblo, la lengua de esa cultura puede estar dando la palabra precisa para un concepto local o regional. Comparar los significados de una misma palabra en varias lenguas nos puede deparar la sorpresa de aportes no considerados.

Este criterio más amplio, que tomar el griego o el latín solamente, incluyendo otras lenguas podía dar lugar a conceptos o teorías, etc., que no pueden ser entendidas desde los supuestos eurocentricos porque tienen el límite de las lenguas y culturas europeas.

Sería interesante indagar de este modo sobre las palabras hombre, mujer, individuo, comunidad, educar, conocimiento, paz, guerra, trabajo, logos, tao, contemplación, etc. Luego hacer las respectivas comparaciones relacionadas a temas o investigaciones concretas. También tomar investigaciones en las que el investigador por no conocer la lengua propia del lugar no puede llegar a ciertas conclusiones y, se nota en trabajos realizados que no guardan la correcta relación el desarrollo con las conclusiones.

La historia oral forma parte de los estudios que antes eran objeto de omisión, y ahora necesita difundirse, para salvar los testimonios de los pueblos sin escritura.

Jean Chesneaux propone «integrar la historia natural en la historia social».19 Se trata de relacionar fenómenos naturales como el clima, la desertización, particularmente en los países periféricos donde se produjeron grandes transformaciones, y su relación con el hombre; su consecuencia la crisis del medio ambiente y la ecología.

¿Esta propuesta de trabajo permitiría una historia más objetiva que la historia eurocentrista? La subjetividad del historiador esta siempre presente como dice E. H. Carr:

(...) la interpretación es elemento constituyente del dato histórico.(...) Mi primera contestación a la pregunta que es la Historia, será pues la siguiente: un proceso continuo de interacción entre el historiador y los hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el pasado.20

Al sentido de avance lo dan las verdades provisionales o explicaciones que se puedan elaborar como fruto de investigaciones. Nuestro conocimiento del etnocentrismo debe permitirnos llegar al autocontrol de las propias pautas culturales, reduciendo un gran obstáculo, y mejorando la objetividad, junto a nuevos conceptos, teorías, tecnología (filmaciones, grabaciones), el debate y la crítica. Se trata de una tarea colectiva para intelectuales de todas las disciplinas, que enriquecerá la capacidad de comprensión y las posibilidades de elaborar explicaciones sobre el pasado y el presente.

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1. El autor señala que estos asuntos de negros e indios rozan su tema la democracia, sin embargo, «son americanos sin ser democráticos», eran excluidos del sistema político. Alexis de Tocqueville: La Democracia en América I, Ed. SARPE, España, 1986. (p. 317).

2. Alexis de Tocqueville, op. cit., (p. 321).

3. La aculturación es un proceso de cambio complejo, en el cual a medida que se impone la cultura invasora se va destruyendo la del grupo invadido. El resultado será que producirá hombres de ropa occidental y sanas costumbres, pero gravemente enfermos del alma, y es probable que también del cuerpo. Colombres, A.1977.

4. Worsley Peter, El tercer mundo, Ed. Siglo XXI, México, 1966. (p.54).

5. Ferro, Marc: Una historia global, (p. 42).

6. Este parentesis tiene el sentido de aclarar, que Marx consideraba como parte del progreso la destrucción de otros modos de producción y la introducción del capitalismo en pueblos no europeos. Este fue un aspecto eurocentrista en él.

7. Chesneaux, Jean, ¿hacemos tabla rasa del pasado? (pp. 120 y 121).

8. Wallerstein, Inmanuel: El eurocentrismo y sus avatares. New Left Review, Nº0, (pp. 97,98,99).

9. Heredia, Edmundo, A.: Espacios Regionales y Etnicidad, Editorial, Alción, Córdoba, 1999. (p. 15).

10. Cardoso, Ciro, F.S. y Brignoli Pérez, H.: Los métodos de la Historia, Editorial, Crítica, Barcelona, 1984 (p. 54).

11. Anderson, Perry: El Estado absolutista, Editorial, Siglo XXI, México, 1980. (p. 568).

12. Marx, Carlos: Futuros resultados de la dominación británica en la India, en Obras Escogidas, Ediciones, Lenguas extranjeras, Moscú, 1961. (p.361).

13 Braudel Fernand: Las civilizaciones actuales, Editorial, Tecnos, Madrid, 1978. (pp. 227 y 228).

14. Perrot Dominique y Preiswerk Roy: Etnocentrismo e historia, (pp. 86 y 87).
15. Peters, Arno: La nueva cartografía, Editorial, Vicens Vives, Barcelona,1992. (119).

16. Heredia, Edmundo, A.: Espacios regionales y etnicidad, Córdoba, 1999. (p.159).

17. Perrot, Dominique y Preiswerk, Roy, op. cit. (p.382).

18. Magrassi, G. E.; Frigerio, A y Maya, M. B.: Cultura y civilización desde sudamérica, (p. 159).

19. Chesneaux, Jean : ¿Hacemos tabla raza del pasado? , Editorial, Siglo XXI, Argentina, 1984. (p.139)

20 Carr, E.H.: ¿Qué es la Historia?, Editorial, Ariel, Barcelona,1983. (p.40)

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El desafio de descolonizar la educacion eurocentrista

Autor: Francisco Bauer (Universidad Nacional Córdoba)

Los especialistas han caracterizado a los años 80' como una década perdida para la educación en Centro y Sudamérica; pasados los 90' y los cuatro años que van del siglo XXI, todavía se continúa con el mismo juicio de valor, excepto Cuba que aparece como la única excepción.

La situación en la Argentina, es similar a toda la región, está marcada por los efectos de la política neoliberal, que transformó la educación de un derecho en un bien al que pueden acceder sólo los que tienen poder adquisitivo para comprarla. En consecuencia, el Estado se desentiende cada día más de la educación pública y gratuita, favoreciendo la gestión privada en todos los niveles, primarios, secundarios y universitarios. La legislación educativa está en consonancia con la política de los economistas del Banco Mundial. Toda la educación pública transita el camino de la precarización por causa de los salarios docentes, de las reformas educativas, de la formación de los profesores y de los estudiantes, y está cada vez más lejos de las verdaderas necesidades de nuestros pueblos. Se pretende educar en función de los requisitos del mercado y no para la formación integral de las personas. Inclusive, las campañas de alfabetización se tornan cada vez más importantes debido a que aumenta el número de iletrados y la deserción escolar en todos los niveles; el campo de la educación de adultos se agranda, y paradójicamente las universidades hoy son universidades de masas y están empantanadas, porque ni las políticas oficiales ni las de oposición dan respuesta de fondo. La educación sigue por mal camino.

Lo expresado hasta el momento es un esquema general sobre los problemas que planteamos los educadores preocupados por la transformación educativa. Pero, lo dicho, no constituye el problema central de la educación, porque la educación para todos sin considerar los cambios en el qué y cómo se enseña significa seguir formando bajo las pautas del saber eurocentrista; es decir, seguimos siendo funcionales a los países centrales, a la dependencia cultural y nuestros ciudadanos tienen ese sello que también podemos llamar aculturación. En otras palabras, el problema central del la educación consiste en el gran desafío de descolonizar la educación eurocentrista.

Necesitamos apelar a la historia para fundamentar el problema central de la educación. Desde 1492, fecha en que llega Colón a América, se inicia la expansión europea por todo el mundo; ésta generó una contradicción intercultural entre la cultura europea moderna y la diversidad cultural del resto del mundo. Desde de la conquista de América y la colonización en adelante, esta contradicción intercultural manifiesta un proceso de aculturación de larga duración que llega hasta el presente, donde los conquistadores y colonizadores impusieron su cultura europea a los conquistados. Vayan algunos ejemplos:

a) Las características básicas fueron la obligatoriedad de aprender la lengua española y portuguesa;

b) los misioneros de la religión cristiana al mismo tiempo que evangelizaban, explotaban al nativo, y les correspondió el mayor peso en la tarea de aculturación;

c) las instituciones políticas como los virreinatos, las audiencias, los cabildos, etc., organizaron la colonia.;

d) las imposiciones económicas tales como: las encomiendas, la mita, los monopolios comerciales, el impuesto que pagaban los indios, la expropiación de tierras, impedir el desarrollo de la industria en las colonias americanas;

e) en el plano social: la familia monogámica, el principio de pureza de sangre;

f) la mezcla biológica y cultural de los pueblos originarios, europeos y africanos dio lugar a un mestizaje rico en su diversidad que se prolonga hasta el presente.

Durante el siglo XIX se inicia el gran movimiento emancipador con la independencia de Haití en el año 1804 (ex-colonia francesa); posteriormente Argentina, Chile, Perú, Colombia, Bolivia, México, Brasil, etc., rompieron los lazos coloniales con España y después con Portugal. La independencia política de Centro y Sudamérica no eliminó la aculturación, sino que significó su continuidad bajo otras formas: a) Se pasó de los patrones culturales españoles - lusitanos a los patrones franceses y británicos. b) Las elites criollas y mestizas fueron los agentes de la independencia y de la aculturación tratando de imitar a Europa, al mismo tiempo, se diferencia a esta región centro sudamericana de otros continentes como África o Asia, que no contaron con esta clase de intermediarios comerciantes y latifundistas fueron africanos y asiáticos los protagonistas de sus independencias. c) Los hombres de la iglesia vieron reducir su espacio y los laicos anticlericales ampliaron e intensificaron su papel en las instituciones políticas y educativas generalizando la educación primaria. d) Los cambios técnicos de la Revolución Industrial y las comunicaciones modificaron el ritmo y los modos de la aculturación: el barco a vapor traerá productos industrializados, libros, revistas, ciencia, conferenciantes, música, danza, perfumes, muebles, etc., como decían las propagandas: "Recién llegados de Europa". A fines del siglo XIX el positivismo, los cambios científicos, y tecnológicos de la segunda Revolución Industrial favorecieron el consumo y la imitación de lo europeo francés, de donde se veía el progreso y la civilización como los modelos a seguir.

El siglo XX y el comienzo del XXI tienen otras novedades en el proceso de aculturación sobre los países del sur.

a) Adrián Salbuchi relata la formación del Consejo de Relaciones Exteriores (CRE) como una organización constituida por propietarios de empresas multinacionales, académicos, políticos de Estados Unidos y Gran Bretaña desde el año 1923 y que funciona hasta el presente con el fin de construir el pensamiento único, la civilización única, la homogeneidad cultural de la humanidad. Este planteo implica un peligro cotidiano para el derecho a la diversidad cultural de los pueblos, es decir el derecho a ser, dejar ser, el respeto al derecho del otro.

b) La tercera Revolución Tecnológica vuelve a modificar las pautas de consumo y subconsumo y los ritmos de comunicación por medio de la informática y la televisión; estos son instrumentos tecnológicos de aculturación que forman sentimientos, actitudes, conocimientos, prejuicios, etc., alterando los procesos de endoculturación y enculturación.

c) La generalización de la educación secundaria y la trans-formación de la educación universitaria en universidades de masas, con un cincuenta por ciento de participación de la mujer, da lugar a una paradoja: eleva el nivel educativo y, sin embargo, los ata aún más a la cultura de Europa. Esta educación sigue pautas eurocentristas desde sus principios filosóficos cartesianos, pasando por Kant, Hegel, Husserl, etc., manifestándose también en las ciencias sociales y naturales y en los contenidos de planes de estudios, de la estructura educativa, de la legislación, etc.

d) El liberalismo y el marxismo forman parte del mismo proceso, aunque uno sea el antídoto del otro, este último no escapa a las consideraciones del eurocentrismo en este plano.

e) Por último el neocolonialismo es la forma actual de la dependencia y de la aculturación ejercida por la hegemonía de la cultura europea (entendiendo, por Europa la expresión cultural que incluye a Estados Unidos como parte del mismo bloque cultural).

La aculturación conciente o inconsciente constituye un obstáculo epistemológico polifácetico que obstruye pensar, reconocernos, educar en libertad, proyectarnos individual y colectivamente desde nosotros mismos. Este problema lleva siglos y ha llegado el tiempo de ponerle freno. La necesidad de dicho freno a la cultura europea es vital, ya que, es la causante de la inequidad económico-social, de la desigualdad en la distribución de los conocimientos, en la política y la ética, en sus efectos devastadores sobre el ecosistema poniendo en riesgo no solo la vida humana, sino también, todas las formas de vida animal y vegetal del planeta. Estos efectos han contribuido al cuestionamiento de sus fundamentos metafísicos.

La aculturación tan prolongada no fue completa en nuestra región de Centro y Sudamérica, pero esto no debe hacernos perder de vista que este proceso de aculturación eurocentrista se desarrolla a escala mundial. Este tema debería ser motivo de un debate mundial entre educadores y los movimientos sociales afectados. En caso contrario, será reformar en el marco de la educación eurocentrista y acentuar la dependencia cultural. Debemos guiarnos por lo que decía Paulo Freire: que la educación sea una práctica de libertad, y para que eso sea posible, hay que correr el velo de la aculturación.

Para descolonizar la educación eurocentrista propongo el siguiente programa de trabajo:

1) Hacer una revisión crítica de la cultura moderna europea y capitalista en su propio contexto.

2) Deconstruir, desenmascarar y corregir las omisiones y tergiversaciones eurocéntricas.

3) Continuar conformando una red conceptual, de categorías, teorías, explicaciones, rescate de antiguos principios y cambios metodológicos que permitan abordar a lo "otro", lo diferente, lo ignorado, lo exagerado, lo tergiversado por las actitudes, los prejuicios, los sentimientos y las explicaciones eurocéntricas; de este modo, intentaremos poner cada cosa en su lugar. Esto no implica caer en actitudes americacentrista, asiacentrista o africacentrista.

4) Tratar de crear pedagogías de la descolonización de la educación, introduciendo cambios que recuperen las diversas pedagogías de la pluralidad cultural de los pueblos, es decir, las diferentes formas de pensar y educar.

Esta tarea necesita innumerables actores de todas partes: investigadores, docentes y la juventud para investigar, hacer docencia y difundir los resultados a todos los niveles formales, no formales y de educación popular. Implica cambiar el desde dónde, el qué y el cómo se piensa y enseña. El método de la deconstrucción se realiza a partir de la crítica al colonialismo cultural: a los conceptos, categorías y explicaciones en su propio contexto, para así construir otros saberes, dando lugar al descentramiento y la descolonización de la educación eurocéntrica. De este modo, la aculturación como un obstáculo epistemológico polifacético sería deconstruido.

El producto de la aplicación del programa de trabajo deberá ser asociado con los movimientos sociales y los cambios de las leyes de educación, planes de estudios, de programas, de sus estructuras y modalidades.

En la práctica algunos de los objetivos son:

a) Transferir a los distintos ámbitos educativos los cono-cimientos y actitudes y sentimientos que corresponden a la formación de la identidad de nuestro ciudadano.

b) Desarrollar la crítica a los enfoques eurocentristas en las distintas disciplinas.

c) Estimular la revisión de las ciencias naturales sociales y la filosofía.

d) Explicar aquello que el eurocentrismo omite y tergiversa.

e) Comprender como se supera el enfoque eurocentrista y los diversos etnocentrismos.

f) Difundir los nuevos saberes como por ejemplo: la nueva cartografía de Arno Peters.

En esta situación, el eurocentrismo continúa siendo una fuerza peligrosa para la humanidad en toda su complejidad: los miles de genocidios, etnocidios, culturicidios, son crímenes de lesa humanidad y un día tendrá que hacerse el juicio que nunca se hizo a Europa. Esta realidad constituye una referencia para pensar el desafío de educar comprometido, o seguiremos reproduciendo la cultura como occidentalizados por oxídente con equis porque a todo lo diferente lo corroe y destruye porque se considera única, universal y excluyente de los otros saberes.

La propuesta de descolonizar el saber significa reconocer la historia del colonialismo, el neocolonialismo como los períodos históricos en los que se practicó la aculturación de miles de pueblos. Revertir ese proceso de aculturación es la tarea educativa del presente, tarea que no debe interpretarse como una vuelta atrás, como educación sólo reproductiva de los saberes, sino, por el contrario, desde programas de investigación e interacción educativa en toda su complejidad.

Estaríamos aportando a otro tipo de ciudadanía, con reconocimiento y revalorización de la identidad, y de los valores éticos que corresponden a los pueblos originarios y a los pueblos nuevos formados por los mestizos biológicos culturales que en la construcción de la síntesis cultural construyen su propio proyecto.

Las pedagogías de la descolonización de la educación deben reemplazar a la pedagogía eurocéntrica para ponerle límite al proceso de aculturación planetario.

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¿Cuál es la identidad de los argentinos?

La metáfora del crisol de razas fue utilizada con un sentido positivo de mezcla biológica y ausencia de racismo. También se plantea como negativo, porque contribuiría a que no tengamos identidad, planteándose de este modo un gran problema nacional.

Sarasola en su libro "Nuestros paisanos los indios", explica que en la Argentina, y esto es válido para otros países de la región, durante la colonización española se produjo un proceso de mestizaje con los pueblos autóctonos y africanos. Luego, con la oleada de inmigrantes europeos se dio el segundo mestizaje a fines del siglo XIX y principios de siglo XX. Se trata de dos momentos de mezcla, pero no solo biológica, sino también cultural. Constituida de modo singular con la acumulación española que se prolongó durante trescientos años, las supervivencias de las culturas locales, lo africano, en menor medida, y lo español modificado, recreado en estas tierras. Esto nos permite definir tanto a los individuos como a la sociedad argentina, como mestiza biológica y cultural. Aunque, en unas provincias estén más mezclados que en otras, unos tengan la piel más clara o más oscura, la mayoría somos mezcla biológica y cultural.

Este es el denominador común de nuestra identidad y que me permite decir: yo soy un mestizo en mi cuerpo y mi cultura, desde esta posición me pienso y me proyecto, también me permite avanzar hacia la construcción del nosotros simultáneamente elaborando proyectos propios.

Sin lugar a dudas, más del noventa por ciento de la población argentina somos mestizos. Los diecisiete pueblos autóctonos o aborígenes que lograron la hazaña de sobrevivir hasta hoy, son un conjunto de minorías, por lo que corresponde definir al país como pluriétnico, plurilíngüistico y pluricultural. La mayoría evidentemente no es europea ni aborigen, ni africana, sino mestiza y es desde allí que se elabora la síntesis cultural propia, tratando de desmontar el coloniaje cultural y la ambigüedad interpretativa generada por esa mezcla cultural, que nos hace vivir la paradoja de valorar más lo ajeno (xenocentrismo), y otras veces valoramos más lo nuestro. Por todo esto, nos podemos definir como Pueblo Nuevo, pues nuestra esencia surge de la mezcla y la síntesis cultural singular.

Reconocernos como mestizos biológicos y culturales es la tarea educativa del presente y del futuro, la identidad es la fuerza que ayuda a construir caminos propios y dejar de imitar los modelos ajenos, que además son irrepetibles. Descubrir quienes somos los argentinos, este ser mestizo con toda la fecundidad biológica y cultural de su significado, es un forma de ponerse de pie para hacer nuestro propio camino.

TRES ASPECTOS DE LA IDENTIDAD DE LOS ARGENTINOS

Los tres aspectos a los que nos vamos a referir son parte de una investigación que lleva años, pero de modo discontinuo, debido a las condiciones de trabajo siempre dificultosas, por las adversidades que los docentes universitarios debemos afrontar para producir intelectualmente. Dicha investigación hunde sus raíces en tiempos lejanos, de los pueblos autóctonos con sus propios procesos históricos culturales que fueron interrumpidos y alterados por la conquista y la colonización dando lugar a un proceso de aculturación europeísta, que no se detendrá con la emancipación americana, sino que continuará en manos de las elites criollas, hijos de europeos, dado que nos independizamos de España pero no de Europa, no fueron los pueblos autóctonos indígenas los protagonistas de dicha independencia, como ocurriera en Asia o África donde africanos y asiáticos son los protagonistas de sus indepen-dencias. El proceso de europeización dio lugar a otro proceso paralelo de resistencia cultural o de contraaculturación que también llega al presente. Con el transcurrir de los siglos, se intento en los proceso de aculturación y contraaculturación la integración, este concepto tiene dos sentidos que no debemos confundir, uno es el de integrar, someter, los pueblos de América o Abya Yala a la cultura de España y a Europa con sus diversidades internas y, otro sentido es el de integrar en pie de igualdad y de reciprocidad aquí, localmente en argentina, sin animo de sometimiento, ni de subordinación del otro, aunque esta situación genere ambigüedad, debemos considerarla parte constitutiva del proceso de mestizaje cultural en nuestro país.

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LA TOPONIMIA MESTIZA

Esta reseña es parte de un trabajo titulado "La Toponimia de Córdoba y su Relación con la Identidad", todavía inédito.

Algunas de las ideas principales y conceptos tratados son los siguientes: La toponimia según los diccionarios, es una palabra derivada del griego topos, lugar y ónoma, nombre. Significa el estudio del origen y significado de los nombres propios del lugar. Lo dicho esta unido a los estudios de la topografía y cartografía en los cuales se describen la superficie y los accidentes que presenta el terreno particularmente en los mapas y planos.

La toponimia y sus variaciones son testimonios, donde cada palabra tiene una carga histórica, antropológica y lingüística, desde antes de la conquista pasando por la colonización la postcolonialidad hasta el presente y esto esta intimamente relacionado con la identidad. Tal es el caso del toponimo América, que ha dado lugar a debates entre filósofos, historiadores, literatos, etc. Donde se plantearon nombres alternativos como: Hispanoamérica, Iberoamérica, Amerindia, América Latina, América Anglófona y el último nombre propuesto por un congreso de pueblos originarios es Abya Yala que en lengua Kuna (aborígenes de Panamá) quiere decir tierra en continuo crecimiento. Entonces, decirnos americanos implica una identidad discutida, pero identidad al fin. Cada nombre nos identifica con un lugar en particular y también se encadenan desde la pedanía, con el departamento, la provincia, el país y el continente. Unos nombres son inclusivos de otros y nos dan un sentido de pertenencia, también un sentimiento unido a cada lugar donde se ha nacido o vivido.

El espacio de estudio es la actual provincia de Córdoba y su conformación originaria. En este estudio la temporalidad esta dada por el nombre de cada lugar y los acontecimientos que acompañaron tal nombre. Los objetivos generales y específicos son contribuir a los estudios históricos de la provincia de Córdoba y de la identidad como tema importante de nuestro pasado y presente. Mostrar como los nombres puestos a los diversos lugares por los colonizadores alteró la identidad de sus habitantes, favoreciendo el proceso de aculturación con nombres españoles y cristianos. Señalar como los cambios de toponimos se corresponden con la situación y los aconteci-mientos vividos en cada lugar ya sean estos políticos, económicos y culturales de los períodos colonial y postcolonial.

El concepto de toponimia mestiza surge de considerar dos aspectos o cosas, una es la mezcla de la lengua aborigen y española en la tonada, o bien en la palabra en sí, tal es el caso de Mina Clavero que deriva del término Milac Navira nombre de un jefe aborigen local y transformado a través del tiempo. Uno de los varios significados sería "agua que brilla" o "creciente de agua en la roca". Otro caso es Córdoba de la Nueva Andalucía (que reemplazó a Quisquizacate) con el tiempo quedo reducido simplemente a Córdoba. El segundo aspecto lo forma la coexistencia de toponimos aborígenes con otros españoles o europeos en una misma pedanía, departamento y provincia.

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LA TOPONIMIA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

La provincia de Córdoba esta conformada por 26 departamentos de los cuales seis son toponimos autóctonos: Calamuchita, Ischilín, Pocho, Punilla, Totoral y Tulumba. Los veinte restantes son toponimos españoles y cristianos.

Cada departamento está subdividido en pedanías a fin de que la administración se haga sentir, no molesta ni costosa para los administrados, por su pequeñez, ni complicada para su autoridad. Así como en la provincia coexisten toponimos españoles y autóctonos, veremos que se repite esta coexistencia con las pedanías dentro de varios departamentos.

A modo de muestra el Departamento Minas tiene cuatro pedanías una de ellas es Guasapampa: proviene de las voces quichuas huasap = de atrás y pampa = campo; es decir campo de atrás.

Sí tomamos los toponimos de las ciudades cabeceras de departamentos y las localidades o poblados volvemos a encontrar esta coexistencia de los dos tipos de toponimos. En este departamento sobre ocho localidades dos tienen nombres aborígenes: Guasapampa (ya explicada) y Talaini: en lengua quichua Tala= árbol autóctono; ini lengua camiare, podría traducirse como "pueblo del tala".

Luego si tomamos los toponimos de ríos y montañas en el mismo espacio, observamos que se repite esta combinación ya señalada: Río de Salsacate: posiblemente derivado sal = jefe aborigen del lugar y sacate = pueblo; o sea pueblo del jefe sal. Y Cerro Orcosuni: quichua orco = cerro y suni = alto. El Cerro San Guillermo y Río del Sauce son expresiones españolas.

En cada uno de los departamentos tenemos situaciones semejantes. Antes de terminar el trabajo pude darme cuenta, de que en nuestro país la Argentina también tenemos esta coexistencia de toponimos con los nombres de las provincias: Salta, Jujuy, Tucumán, La Pampa, Neuquén, Chubut, Chaco son nombres aborígenes y otras con nombres españoles y cristianos como Mendoza, San Juan, Santa Fe, etc. Al interior de cada provincia argentina se presenta un panorama semejante en la cartografía al que tenemos en Córdoba, con sus propias particularidades lingüísticas e históricas de esos espacios. Incluso los nombres de los países de América Latina tienen una toponimia aborigen como Perú y México y también una española como Ecuador y Argentina.

Por último, se podría afirmar como una primera aproximación importante, de que, el concepto de toponimia mestiza aplicado a Córdoba se podría hacer extensivo a la Argentina y América Latina, con la advertencia que en cada país el mestizaje es diferente. Por lo tanto, estaríamos explicando y señalando un rasgo componente de nuestra identidad cada vez que alguno de nosotros dice, soy de tal lugar.

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LA LENGUA MESTIZA

La lengua es un aspecto estructural vivo y por lo tanto cambiante de la identidad o personalidad de cada pueblo. La globalización entendida como una tendencia a la uniformidad cultural de la humanidad, dirigida intencionalmente, tiene un efecto conflictivo y negativo sobre la identidad lingüística de la diversidad histórica cultural de los pueblos, que todavía hoy resisten defendiendo sus lenguas.

En Rosario, Argentina se llevó a cabo el Tercer Congreso Internacional de la Lengua Española. Paralelamente se realizó el Congreso de "LaS Lenguas" opositor al congreso oficial, acompañado de una movilización alentada por las organiza-ciones participantes. Esta situación puede ser interpretada como una expresión del largo conflicto intercultural generado por España contra la diversidad cultural de los pueblos autóctonos. Hasta podríamos decir en forma de pregunta ¿Por qué aflora este problema en el año 2004? En general podemos aproximarnos señalando que existe un movimiento de recuperación de la memoria, de la autoestima y de la identidad de nuestros pueblos de América o Abya Yala, de las lenguas de los otros, de los subalternos que buscan su reconocimiento, por lo tanto su liberación.

El rey Juan Carlos de España reivindicó al español como lengua mestiza. Afirmó: "Se convoca ahora a los congresista para que reflexionen, en dialogo, sobre identidad lingüística y la globalización. Todas las lenguas son en menor o mayor medida mestizas y el español ha ensanchado su mestizaje, primero en la península y luego a lo largo de América".1 Este reconocimiento del rey de España era inimaginable años atrás. No obstante, el rey con este gesto pretende el objetivo de que la real academia de la lengua española siga siendo la autoridad lingüística internacional en América Latina, con los diversos beneficios que esto le depara.

En nuestro país, Argentina, la lengua española se mestizó de un modo particular, como son particulares los diversos mestizajes, con lenguas y tonadas tales como las lenguas quichua, guaraní, huarpe, mapuche, araucano, tehuelche, ranquel, etc. Este mestizaje lingüístico en nuestro país es un rasgo de argentinidad transversal a nuestra cultura y personalidad, además de coexistir con las lenguas de los pueblos autóctonos. Por lo tanto, nuestra argentina es pluringüística.


1. Diario, Hoy Día Córdoba, 18 - 11 - 2004, p.8.

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NUESTROS SÍMBOLOS PATRIOS

Por último el tercer aspecto de nuestra argentinidad. Nuestra bandera argentina creada por Manuel Belgrano esta formada por los colores celeste y blanco, borbónicos, europeos y en su centro tiene un sol incaico, esta combinación que no fue casual, también nos permite decir que nuestros símbolos patrios bandera y escudo son mestizos. Puede resultar hasta chocante esta afirmación, pero es imprescindible desprejuiciarse para avanzar en la propia descolonización del conocimiento.

El Acta de la Independencia del 9 de julio de 1816 fue traducida a la lengua quichua y aimara como medio para alcanzar una mayor difusión.

El Himno Nacional Argentino compuesto por Blas Parera y Vicente López y Planes en sus estrofas dice:

Se levanta a la faz de la tierra
Una nueva y gloriosa Nación:
Coronada su sien de laureles
Y a sus plantas rendido un León
Se conmueven del Inca las tumbas
Y en sus huesos revive el ardor
Lo que va renovando a sus hijos
De la Patria el antiguo esplendor.

Como se puede apreciar el Himno Nacional argentino hace clara referencia a la cultura autóctona por medio del Inca y crítica al imperio español. De las diez estrofas del himno sólo cantamos tres las otras siete fueron dejadas de lado. Esto se hizo por un decreto del poder ejecutivo del 30 de marzo de 1900. Donde dice que en las festividades oficiales o públicas, así como en los colegios o escuelas del Estado sólo se cantarán la primera y la última cuarteta y el coro de la canción sancionada por la Asamblea General del 11 de mayo de 1813. La finalidad fue congraciarse con el antiguo amo España.

Con estas observaciones me animo a decir, que nuestro mestizaje es mucho mayor de lo que pensamos habitualmente y comencemos por reconocerlo, es nuestra referencia.

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Se terminó de imprimir en el mes de Octubre de 2007 en los Talleres Gráficos de EDITORIAL LA CAÑADA Marcelo T. de Alvear 233. Tel./Fax: 0351- 4241984 5000. Córdoba (Rep. Argentina).

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