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Crítica a la concepción
eurocentrista**
** (Autor:
Francisco Bauer) - El trabajo fue presentado en las VIII Jornadas
Interescuelas de Historia en Salta el año 2001.
Publicado en el Anuario de la Escuela de Historia, Nº 2, de
la Universidad de la Provincia de Córdoba.
RESUMEN
Este artículo tiene por objeto aportar a la revisión
crítica de las ciencias sociales dirigidas a romper con
el paradigma eurocéntristico y tratar de dar un paso adelante
en la creación de una red cenceptual y cambios metodológicos
que permitan incorporar lo omitido, lo tergiversado y hacer una
lectura diferente del pasado y el presente. La política
neoliberal de mundialización y su desarrollo capitalista
pretende unificar culturalmente (en su sentido antropológico)
a la humanidad configurando una nueva forma de colonialismo que
se asienta en supuestos eurocentristas. En la medida que se impone
el neoliberalismo implica mayor riesgo de existencia para la diversidad
cultural, las sociedades no europeas, debido a sus graves tergiversaciones
y acciones aculturativas. Considerando que todavía hoy las
diversas culturas del mundo no tienen la representación
proporcional en la historia universal, la construcción de
una historia no eurocentrista, ni ameri-cacentrista, ni asiacentrista,
ni africacentrista, requiere la revisión de las ciencias
sociales para poder entender los pueblos en un plano de igualdad.
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LA EXPANSION Y ACULTURACIÓN EUROPEA
El eurocentrismo es un tema polifacético,
tiene sus raíces
en la cultura de Europa y en su difusión durante el proceso
histórico de expansión a escala planetaria. Tal
proceso da comienzo cuando Colón llega al continente Americano
en 1492 y luego acuerdan los tratados de Tordesillas y Zaragoza
en los cuales España y Portugal se reparten el mundo,
sin que el resto del mundo no europeo se diera por enterado en
esos momentos. Este proceso continua abierto hasta el presente,
expresado en la tendencia a la homogeneización cultural
del globo.
Durante la conquista
de América se sometió a
unos pueblos y se destruyó a otros desde el comienzo
del proceso. Tres siglos después, Alexis de Tocqueville
comentaba en ese entonces:
«¿Acaso no se diría,
viendo lo que pasa en el mundo, que el europeo es a los hombres
de las otras razas lo que el propio hombre a los animales? Los
utiliza en su provecho, y si no puede doblegarlos, los destruye».1
Más adelante agrega:
«La desaparición gradual de las razas indígenas tales como
las tribus indias que en otro tiempo habitaban el territorio de Nueva Inglaterra,
los narragansetts, los mohicanos, los pecots, sólo existen en el recuerdo
de los hombres; los lenapes, que recibieron a Penn hace ciento cincuenta años
en las orillas del Delaware, hoy han desaparecido. He conocido a los últimos
iroqueses: pedían limosna».2
Esta faceta del proceso es un fenómeno de larga duración
que continua en el presente, implacable e intolerante con los
pueblos en situación de riesgo o bien con las culturas
en extinción.
Las relaciones imperio - colonias también desarrollaron
otra faceta en el proceso, otro fenómeno de larga duración,
la aculturación.3 Los pueblos autóctonos
tuvieron a modo de opciones las siguiente alternativas: una,
alejarse del blanco, quedando librado a la suerte de no ser alcanzado
y de que la depredación del medio ambiente no hiciera
desaparecer su alimento; segundo, la guerra contra el blanco
y tercero, debieron aceptar la imposición de la «civilización».
En la India, colonia de Gran Bretaña, «La alternativa
principal fue la de Macaulay: la creación de «una
clase que podría ser intérprete entre nosotros
y los millones que gobernamos: una clase de personas indias de
sangre y color, pero inglesas en sus gustos, opiniones, moral
e intelecto».4
Estos procesos
tienen otra característica:
se trata de las relaciones verticales entre el país
imperialista y sus colonias, como mercados cautivos, al
mismo tiempo, obstruían las relaciones horizontales de
los pueblos colonizados impidiendo sus comunicaciones. La colonización fue
reforzada por la revolución industrial, la división
internacional del trabajo y luego por el capital financiero al
transmitir algunos cambios científicos y tecnológicos
producidos en Europa y otros no, de este modo, el ritmo de modernización
y occidentalización se acelera en la periferia pero, ensanchando
la brecha entre dominadores y dominados. Luego el imperialismo
modifica su forma de operar, y da lugar al último período
gestado el neocolonialismo: Este entendido como la relación
de dominación del conjunto de países del centro
capitalista sobre la periferia, que se apoya en el factor económico
y en el proceso de aculturación anterior, valiéndose
entre otras cosas de los medios de comunicación de masas.
Esto se lleva acabo sin ocupación territorial permanente
y sin bandera, pero ejerciendo presiones externas económicas,
políticas militares y culturales. Cada mercado que antes
era dominado por una potencia imperialista, pasó a ser
sometido y compartido por varias potencias simultáneamente.
Mac Ferro expresa:
«El imperialismo sin colonización: (...) se desarrolla de manera
más pura (es decir, sin la idea de instalar allí colonos) en
América Latina, (...) en relación a Estados Unidos. Este imperialismo
sin bandera sobrevivió a los movimientos de independencia de la segunda
mitad del siglo XX.
Así, las diferentes formas del imperialismo y de la colonización
se empalman y se penetran mutuamente».5
Desde la Conferencia de Bandung (1955), la descolonización
y el protagonismo de los Movimientos Nacionalistas Modernos,
hicieron posible por primera vez entre los países periféricos la
relación orgánica horizontal en el Movimiento
del Tercer Mundo. Este movimiento es el resultado combinado de
la resistencia cultural y la aculturación, transmitida
por las potencias europeas, éstas dieron forma a la sociedad,
al Estado y la Nación en el mundo colonial, y los nuevos
países al independizarse trataron de imitar,
unos más otros menos, a los estados europeos. En consecuencia,
se puso de manifiesto la crisis de identidad cultural con todo
lo que ello implica en los nuevos estados - naciones.
Una de las diferencias importantes entre el comienzo y el momento
actual de la expansión europea, es que antes predomina
la diversidad cultural entre los pueblos sin que una cultura
tuviese la hegemonía planetaria. Los antropólogos
estiman que en la actualidad existen aproximadamente la mitad
de las etnias que había en 1492. Al respecto afirma Darcy
Ribeiro: "que la actual configuración étnica
de la humanidad es el resultado del exterminio de millares
de etnias, de la fusión de razas y de la difusión
lingüística y cultural". Así, en el camino
hasta el hoy, la población de Europa creció y se
difundió con su movimiento migratorio sobre el mundo,
dando lugar a una diferencia notable, con tantos pueblos no europeos,
que se perdieron con sus tesoros culturales, sus autodeterminaciones,
sus economías autosuficientes, sus derechos a ser, el
equilibrio ecológico, etc. No obstante, la cultura de
Europa sigue actuando como la fuerza del proceso de aculturación
dentro de un proceso histórico abierto. De este modo,
la hegemonía cultural europea del presente contrasta con
la mayor diversidad cultural del pasado. Este cambio, se expresa
en la formación del sistema internacional como
la estructura mayor creada hasta el momento, formada por los
estados - naciones centrales y periféricos con voz y voto,
como una obra del imperialismo. El resto de los pueblos que no
se asimilaron, es decir, no formaron estados - naciones, carecen
de representatividad y de derechos ante los pueblos del mundo.
El sistema internacional omite por un lado y oprime por el otro
a los pueblos sin representación en la ONU, ambos de hecho,
forman el sistema mundo más amplio que el internacional.
Todos los pueblos autóctonos o indígenas son las
minorías explotadas y oprimidas dentro de los estados
naciones. Esto debería dar lugar a reflexiones, como la
de revisar nuevamente el concepto de frontera, para que estos
pueblos adquieran el status de seres humanos respetados por los
otros, de esta manera, podríamos sugerir la idea de fronteras
culturales, o bien, combinar las diferentes fronteras políticas
y culturales en las naciones existentes. En el caso de África
se requiere una redefinición de fronteras, de esta manera
se evitarían guerras de secesión basadas en diferencias étnicas
que fueron ignoradas, o no consideradas adecuadamente desde la
conquista hasta el presente, por eso allí el estado nación
es una quimera.
Chesneaux afirma:
El capitalismo, agente unificador de la historia. Está fundado
a la vez en la capacidad y en la necesidad de un autodesarrollo
ilimitado: el capital, base del sistema, no puede
subsistir sino ampliando su sustancia; tiene constantemente necesidad
de invertirse en nuevas actividades, productoras de plusvalor
y, por lo tanto, de nuevos capitales a los que habrá que
encontrar a continuación nuevos mercados...
Para reforzar esta idea, Chesneaux cita del Manifiesto Comunista
lo siguiente:
La invasión del globo. Espoleada por la necesidad de dar
cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre
el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse
en todas partes, crear vínculos en todas partes. (...)Mediante
la explotación del mercado mundial, la burguesía
ha dado un carácter cosmopolita a la producción
y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento
de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional.
Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas (economías
autosuficientes en el proceso de aculturación) 6 y
están
destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas
industrias cuya introducción se convierte en cuestión
vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que
ya no emplean materias primas indígenas, sino materias
primas venidas de las más lejanas regiones del mundo,
y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país,
sino en todas las partes del globo. (...) Se establece un intercambio
universal, una interdependencia universal de las naciones. (...)
Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar
el modo burgués de producción, las constriñe
a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse
burguesas. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza.
Luego Chesneaux comenta: En este sentido, la historia universal,
la fusión de la historia particular de los diferentes
pueblos en un destino común, comenzó realmente
en el siglo XVI.7
En consecuencia señalo tres fenómeno íntimamente
ligados en todo el planeta. Primero, la formación de la economía
mundo, que a un mismo tiempo, conecta las economías
de los diferentes lugares del planeta funcionado como un espacio
cerrado, y en su camino va destruyendo las economías
autosuficientes de la diversidad cultural de los pueblos no europeos. Segundo,
sin duda que el capitalismo es el agente unificador de la historia,
porque obliga a adoptar el modo burgués de producción
y crea así una tendencia a un destino común para
la humanidad, simultáneamente interconectó las
historias particulares de los diferentes pueblos con la historia
de Europa, y en este sentido viene operando con todas sus implicancias.
Pero ¿El autodesarrollo del capitalismo es realmente ilimitado? ¿El
planeta puede soportar indefinida-mente la contaminación
del aire, el agua, la tierra y de todo cuanto ella contiene?
El desequilibrio ecológico, el cambio de clima en el mundo
por causas culturales, es también una realidad creada
principalmente por el imperialismo. No hay duda, los límites
existen, aunque no podamos precisarlos con exactitud. La población
misma constituye un límite, ya no hay continentes a incorporar
al capitalismo y a esto debemos sumarle que las masa de pobres
sigue creciendo en el planeta. Tercero, ¿haber obligado
a gran cantidad de pueblos a seguir la vía del capitalismo
y su cultura no es una actitud eurocentrista? Sí, efectivamente
la expansión europea sobre el conjunto de los pueblos
de toda la tierra no respetó los diferentes modos de vida
y generó una contradicción central de carácter
intercultural entre la cultura europea capitalista y
la diversidad cultural del resto del mundo. Esta contradicción
se inició con la conquista de América, continuo
difundiéndose con las sucesivas conquistas y colonizaciones
hasta llegar vigentes al presente. Reconocer la centralidad de
esta contradicción omitida y relegada en los estudios
históricos, económicos, políticos, etc.,
daría lugar a una reinterpretación de
lo acontecido en los últimos cinco siglos y permitiría
abordar las cuestiones pasadas, presentes y futuras de manera
diferente, es decir, no eurocentrista. Esta contradicción,
debe verse como un inclusor mayor, que contiene y combina
en ella a las otras contra-dicciones, tales como: capital - trabajo,
tanto en los países del centro como en la periferia, aunque
de manera diferente, con sus particularidades en cada caso. Este
planteo implica un reordenamiento en el entramado de las
contradicciones en la historia unificada mundial, (este
tema será desarrollado en otro trabajo). También,
significa reconocer a los otros al identificar las contradicciones
interculturales, tales son por ejemplo, los pueblos aborígenes
nucleados en el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional,
y aquellos pueblos considerados como minorías sometidas,
o insignificantes desde la perspectiva de la contradicción
imperio - colonias, imperio - nación, capital, trabajo,
imperios - neocolonias. Hasta el presente la unificación
capitalista y cultural es una tendencia homogeneizadora y
hegemónica inconclusa que desarrolla una lógica
de destrucción de la diversidad cultural del mundo. Los
países periféricos y los Pueblos sin Representación
Política en la ONU, por su situación de riesgo,
deberían mejorar solidariamente su participación
con el Movimiento de Países NO Alineados y su contribución
en el Foro Social Mundial a los fines de unir posiciones alternativas
al neocolonialismo. |
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PENSAR CRITICAMENTE
Para abordar esta compleja realidad tomamos las palabras de
Inmanuel Wallerstein:
Las ciencias sociales han sido eurocéntricas a lo largo
de su historia institucional, es decir, que han existido departamentos
que han enseñado ciencias sociales dentro del sistema
universitario. (...) Las ciencias sociales son un producto del
sistema - mundo moderno y el eurocentrismo es constitutivo de
la geocultura del mundo moderno. Además, como estructura
institucional, las ciencias sociales se originaron básicamente
en Europa. Emplearemos aquí Europa más
como una expresión cultural que cartográfica; en
este sentido, cuando hablemos sobre los dos últimos siglos
nos estaremos refiriendo principal y conjuntamente a Europa occidental
y Norteamérica. Al menos hasta 1945, las disciplinas de
las ciencias sociales están de hecho abrumadoramente localizadas
en tan sólo cinco países: Francia, Gran Bretaña,
Alemania, Italia y los Estados Unidos. (...) Las ciencias sociales
surgieron como respuesta a problemas europeos en un momento de
la historia en el que Europa dominaba todo el sistema-mundo.
Era prácticamente inevitable que la elección de
su objeto, su teorización, su metodología y su
epistemología reflejarán todas las fuerzas del
crisol donde se forjaron. (...) En el período posterior
a 1945, (...) La descolonización de Asia y Africa y el
incremento de la conciencia política de la totalidad del
mundo no europeo han afectado al mundo del conocimiento tanto
como a la política del sistema mundo. Uno de los cambios
fundamentales que se produjeron y que perduran hasta hoy desde
al menos treinta años, es que el eurocentrismo de las
ciencias, ha sido atacado, duramente atacado. (...) y no hay
ninguna duda de que, si las ciencias sociales han de progresar
en el siglo XXI están obligadas a superar su herencia
eurocéntrica, que ha tergiversado sus análisis
y su capacidad de abordar los problemas del mundo contemporáneo».8
Para facilitar su utilización es conveniente definir tal
concepto. El eurocentrismo es una expresión particular
del etnocentrismo europeo en las ciencias sociales (historia,
filosofía, economía, política, derecho,
sociología, cartografía, etc.), se constituye en
un paradigma que opera de forma inconsciente o consciente, formado
por actitudes, sentimientos y prejuicios de superioridad actuando
como supuestos, valorando en mayor medida lo propio europeo al
estudiar pueblos y culturas diferentes. Otra forma más
sutil es omitir información, o bien, dejarla de lado.
El eurocentrismo no considera que cada cultura es única
y tiene su propia dinámica, lo que le da el carácter
histórico a cada pueblo. Si bien hoy la mayoría
de los pueblos han sufrido la aculturación o algún
tipo de contacto con lo europeo y es imposible volver atrás,
sin embargo, es conveniente proponer el respeto y el derecho
a la vida y a su propia cultura de los diferentes pueblos en
situación de riesgo, donde cada comunidad elabore su propia
síntesis cultural con lo existente, como una forma de
oponerse a la uniformidad cultural que cierra caminos a la humanidad
y está propiciada por la política neoliberal. Desde
otra posición, se decía después de la Segunda
Guerra Mundial que la antropología desaparecería
junto con su objeto tradicional, los llamados pueblos primitivos,
por la rapidez con que estos pueblos desaparecían, sin
embargo, en el año 1989 con el fin de la Guerra Fría
y la disolución de la URSS, resurgen los problemas étnicos,
de nacionalidades, etc.
¿Será que el concepto de nación y estado moderno en los
países periféricos no se corresponden con el contenido que encierran?
Los casos más evidentes están en África donde cada Estado
nación puede tener cinco, diez o cuarenta etnías diferentes en
su seno. ¿Será que setenta y cinco años de conquista y
colonización directa no fueron suficientes para completar la aculturación?
El concepto de sociedades multiculturales tampoco tiene una aplicabilidad
en Africa, se trata de pueblos que fueron forzados a convivir en un mismo país
artificial. Edmundo Heredia sobre las relaciones internacionales en Latinoamérica
dice: «se requiere una específica teoría para el estudio
de estas relaciones, y por no existir tal teoría es necesario recurrir
a soluciones meramente convencionales cuando, como en este caso, debemos hacer
una relación crítica de su historiografía.» 9
El eurocentrismo tampoco tiene en cuenta el relativismo cultural,
es decir, que al evaluar los hechos, los comporta-mientos, etc.,
dentro de una cultura, aunque están interrelacio-nadas
con otras culturas, debe hacerse de acuerdo a los valores del
propio contexto en que se producen. De este modo, la consecuencia
es que el eurocentrista, al no utilizar este concepto, distorsiona
la historia de los pueblos conquistados y colonizados por ellos
en América, Asia, Africa y Oceanía. Por supuesto
que no se trata sólo de conceptos, sino también,
de intereses creados económicos y políticos que
están en juego.
La aculturación producida en el largo proceso de conquista
y colonización mundial, trajo aparejado el resultado que
la cultura europea se convirtió en hegemónica.
Las ciencias sociales enseñadas en las universidades y
escuelas medias de los países periféricos también
son eurocentristas, debido a los supuestos desde donde piensan,
porque los países centrales continúan siendo los
modelos que se tratan de imitar, desvalorizando la propia producción
y reproducción cultural en su sentido antropológico.
La afirmación de lo europeo se corresponde con lo que
se denomina xenocentrismo: valorar más la cultura
ajena que la propia. La bibliografía es abrumadoramente
de origen europeo, lo que opera como un fuerte condicionante
de los investigadores, docentes y alumnos. A esta situación
distintos autores la denominan coloniaje cultural, por
reproducir la cultura hegemónica de los países
imperialistas. Al respecto Cardoso y Brignoli dicen: «Aunque
la anulación total de los condicionamientos e imposiciones
resultantes de la dependencia cultural no es posible, salvo eliminándose
las verdaderas causas de esta última,...»10
El eurocentrismo de las ciencias sociales se ha manifestado de
formas diferentes. La explicación del dominio europeo
en el mundo moderno fueron justificados por los logros de la
historia europea en la economía, la tecnología
y lo militar. Se trata de algo que los europeos se enorgullecen
y creen que el resto del mundo debería imitar. Por lo
tanto, en el ámbito académico y a todos los niveles
(universitario, medio y primario) la tarea consiste en modificar
los planes de estudio, los programas de las materias, seminarios,
cursillos, etc., y desde el punto de vista particular de una
historia revisionista es necesario desenmascarar y deconstruir
la historia eurocentrista. Por lo tanto, se trata de una tarea
colectiva de los intelectuales acompañando simultáneamente
los movimientos sociales locales.
Tratemos algunos de los problemas más generales:
En la visión europea la historia y la prehistoria
se distinguen a partir de la escritura. Con este criterio, los pueblos que
no inventaron esa técnica no tendrían historia. Sabemos que son
muchos más los pueblos sin escritura, pero sabemos también que
tienen historia oral, ésta se trabaja con otros métodos completándose
con la antropología y la arqueología.
Todavía hoy se enseña la secuencia: Prehistoria,
Historia Antigua, Medieval, Moderna y Contemporánea como una periodización
universal, cuando sólo corresponde a Europa. Podríamos decir,
cada continente tiene su propia periodización, aunque éstas se
están construyendo con muchas dificultades: archivos incompletos o ausencia
de documentación (el obispo Landa hizo quemar los códices Mayas),
falta mejorar y difundir los métodos de la historia oral, incorporación
plena de actores como son los pueblos aborígenes y las tierras usurpadas
transformadas en latifundios. Este tema haría cambiar notablemente muchas
historias nacionales en América por la cantidad de tratados y acuerdos
realizados y no contemplados en la historia oficial y así se aportaría
a la superación del enfoque eurocentrista.
Otro defecto son las extrapolaciones incorrectas de
conceptos que corresponden a períodos de la historia de Europa, tal
como el feudalismo que fue aplicado a un enorme número de casos,
sin que fuesen feudales. De esta manera pretendieron darles a sus conceptos
una universalidad que no tienen.
El concepto civilización, fue utilizado
como un principio de distinción entre la Europa Moderna considerada
a sí misma como la única civilizada, una sociedad adulta, mientras
los otros eran vistos como niños necesitados de tutela o bien
como primitivos y bárbaros. Esto justificaba la imposición de
valores y normas de la cultura europea a los otros pueblos.
La teoría del progreso moderno marcó las
ciencias sociales. Esta idea europea tuvo una fuerte presencia en la política
de los países denominados periféricos, dando lugar a conceptos
de desarrollo y subdesarrollo capitalista, es decir, conceptos
que son el resultado de la dominación europea bajo su propia expresión.
Así es como los europeos comparaban sus países con los otros
llamados atrasados, omitiendo que todos los pueblos antes de ser conquistados,
eran autosuficientes y desconociendo que cada cultura tiene su propio
ritmo de crecimiento e identidad en un mundo con diversidad cultural. El progreso
moderno está cuestionado por su costo social, cultural, ecológico
y porque es una de las causas que alimenta la contradicción intercultural
entre uniformidad y diversidad cultural.
La palabra occidente expresa uno de los cuatro
puntos cardinales en el campo de la geografía, pero lo redefinieron
como una categoría ideológica que identifica lo europeo, porque
depende del lugar en que se sitúe el meridiano cero, para que tal parte
del mundo sea oriente u occidente. Además, no olvidemos que el meridiano
de Greenwich surge como un acuerdo técnico entre las potencias europeas
para repartirse África en la Conferencia de Berlín en el año
1884. Como afirma Arno Peters el meridiano de Greenwich tampoco tiene razón
de existir porque el observatorio fue cerrado y trasladado a Hurstmonceux en
el año 1953.
Caracterizar
a diversos pueblos del planeta como precapitalistas,
supone que esos pueblos necesariamente debían pasar por el capitalismo,
implica una concepción lineal de la historia. A menos que se
considere precapita-listas a los pueblos antes de ser aculturados por Europa.
La multilinealidad en la interpretación de la evolución
histórica a ganado fuerza en el siglo XX debido a las impensadas consecuencias
de los grandes aconteci-mientos. Ambas interpretaciones son hechas desde posturas
europeístas. Deberíamos pensar la multilinealidad en
la historia desde la diversidad cultural de la humanidad y no sólo
desde la perspectiva eurocentrica.
Sobre los modos de producción es interesante
conocer el aporte de Claude Meillassoux, que superando las actitudes dogmáticas
y estudiando Africa, ha elaborado el concepto de modo de producción
doméstico válido como un instrumento de carácter
universal, además encontró nuevas aplicaciones al concepto marxista
de «acumulación originaria» en los procesos de colonización.
Perry Anderson nos comenta acerca del "modo de producción asiático":
Demos a este último concepto el honroso entierro que se
merece. Está perfectamente clara la necesidad de una investigación
histórica mucho más amplia y profunda antes de
que puedan deducirse verdaderas conclusiones científicas
de las diversas vías de desarrollo no europeas(...)11
El debate sobre el modo de producción asiático dejó una
lección clara, no se puede reducir la historia de todos
los pueblos de un continente con una gran diversidad cultural
a una categoría uniforme de modo de producción
y formación económico social. Reconocer la diversidad
de opciones, que cada pueblo puede construir, significa, que
puede haber tantos modos de producción como culturas diferentes
existieron y/o existen.
Por último, tanto el liberalismo como el marxismo
son eurocéntricos. Si bien este último constituye una de
las críticas científicas mejor fundamentadas al sistema capitalista,
Marx no pudo escapar a la influencia del marco ideológico de su tiempo.
Por ejemplo, Marx escribió:
Inglaterra tiene que cumplir en la India una doble misión: destructora
por un lado y regeneradora por otro. Tiene que destruir la vieja sociedad asiática
y sentar las bases materiales de la sociedad occidental en Asia. (...) Los
ingleses fueron los primeros conquistadores de civilización superior
a la hindú, y por eso resultaron inmunes a la acción de esta última.12
El texto expresa sin lugar a dudas una justificación del
proceso de aculturación, por el cual Inglaterra sometió a
la India. Cien años después Nehru afirmaba:
La antigua cultura de la India se sobrevive a sí misma. Silenciosa
y desesperadamente, lucha contra un adversario nuevo y todo poderoso: la civilización
del Occidente capitalista. Es seguro que sucumbirá porque el Oeste
aporta su ciencia (...). Pero el Oeste aporta también un antídoto
contra los venenos de una civilización caracte-rizada, en cierta manera,
por la violencia y el caos, y este antídoto son los principios del socialismo,
la idea de la cooperación al servicio de la comunidad y para el bien
de todos. Idea que no está muy lejos del antiguo ideal Brahmanico de «servicio»;
pero que significa también la «brahmanización» (en
un sentido laico) de todas las clases, de todos los grupos, y la abolición
de la distinción de clases. Y quizá la India, cuando cambie de
traje, lo cual es inevitable porque su traje viejo esta hecho harapos, mandará cortar
el nuevo sobre este mismo patrón, de manera que convenga tanto a las
condiciones actuales como a su pensamiento antiguo. Los principios a los que
se incorpore tendrán que estar relacionados con las raíces de
su suelo.13
Después de doscientos años de colonización
inglesa la India se encontraba entre las naciones más
pobres del mundo, pero la europeización continúa
con el neocolonialismo, quizá como el último vínculo
que debe romper y superar mediante una síntesis cultural.
En el siglo XX los partidos de izquierda pretendieron crear sociedades
socialistas opuestas al capitalismo, pero con intenciones igualmente
uniformadoras culturalmente desde una perspectiva eurocentrista
y no pocas veces combatiendo a otras culturas.
Este pequeño conjunto de críticas a los conceptos
y explicaciones eurocentristas necesariamente nos debe conducir
a la revisión de las teorías del conocimiento,
distinguiendo en ella dos críticas bien diferenciadas
a los saberes europeos modernos que se difundieron por el mundo.
Primero, las tres características básicas eurocentristas
del saber científico y religioso, a) que sus saberes fueron
considerados los únicos válidos, b) como universales,
y c) excluyentes de los otros saberes de la diversidad cultural.
Segundo, la otra crítica es al saber europeo moderno en
su propio contexto histórico y cultural, al dualismo,
al idealismo, a la autonomía de la razón, al mecanicismo,
etc.
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CONSTRUIR ALTERNATIVAS
La crítica al
eurocentrismo, implica cambiar el
punto de vista desde donde se piensan las ciencias sociales. Es
otro paradigma para desmontar la historia eurocentrista y trabajar
en conformar otra historia, ganando claridad sobre el objeto de
estudio y en el sujeto que estudia.
La crítica al eurocentrismo corre el peligro de hacerse
desde los propios supuestos teóricos europeos, esto es lo
que debe evitarse. Tampoco se trata de negar todos los conceptos
europeos, sino de ir creando una red conceptual como plantea
Dominique Perrot y Roy Preiswerk: «conceptos monoculturales correspondientes
a la experiencia de un grupo. Los conceptos interculturales son
válidos en muchas culturas cuyo número no está necesariamente
determinado. Por fin, los conceptos cosmoculturales se
vinculan a experiencias comunes a todas las culturas como a proposiciones
teóricas verificadas. Serían, por lo tanto, de aplicación
universal.»14
De esta manera
se aportaría a la
construcción de un aparato teórico nuevo. En este
sentido es imprescindible señalar el enfoque alternativo
al eurocentrismo. ¿Desde qué otro lugar se puede
pensar?
a) La crítica al eurocentrismo esta unida a la crítica
de la modernidad europea. Debemos aclarar que en el etnocentrismo
reconocemos como positivo la afirmación de la identidad
y el hacer sentir parte de un todo cultural en tiempo de la niñez
y la adolescencia, mientras que sus manifestaciones negativas se
expresan en el adulto como hemos señalado anteriormente.
El eurocentrismo incide en todo lo que se puede observar, oír
en las maneras de obrar, de pensar y de sentir, cuando el investigador
selecciona el objeto de estudio, los conceptos, elabora hipótesis
y elige los hechos, en las descripciones, clasificaciones, análisis,
interpretaciones y explicaciones. También en la formación
general de las personas, por todo esto, no es fácil de combatir,
y al tergiversar las explicaciones de las ciencias sociales, restringe
la capacidad de abordar problemas y soluciones, porque lo hace
sólo desde las pautas europeas.
La crítica a la modernidad, la hacemos limitada sólo
al enunciado de algunos aspectos relevantes: en su aspecto económico
está regido por la ganancia sin límites, la riqueza
convertida en valor principal de la sociedad y no el hombre. Con
el transcurso del tiempo, la búsqueda del lucro desnaturalizó los
otros aspectos de la cultura, a la educación, la salud y
la medicina son transformadas en un comercio, a los deportes, la
música, la política, la ciencia, la técnica,
la naturaleza, en fin, todo lo que la burguesía toca es
convertido en negocio, de este modo, podríamos decir que
la cultura se economiza, y cada uno de sus componentes
se desvirtúa al perder lo que le es propio. Así,
la moral ha quedado reducida al discurso, a la retórica,
mientras el individualismo exacerbado (creación moderna)
reina sobre los intereses sociales.
b) Para romper con el paradigma eurocentrico
además de la
crítica debemos señalar nuestros supuestos básicos.
El universo y todo lo que él contiene es bastante más
amplio y complejo que todas las concepciones elaboradas por los
hombres. Se trate de concepciones europeas o no europeas. Desde
este punto de referencia se deben intentar construir las síntesis culturales,
tanto en la interpretación de la historia, como en los modos
de vida, considerando las culturas anteriores a la expansión
europea, ella misma y las sobrevivencias de las etnias indígenas
hoy, es decir, desde la diversidad cultural de la humanidad acompañada
del debate necesario y constructivo considerando al otro, al diferente,
y así acercarnos a otra verdad provisional, que nos permita
avanzar superando los obstáculos. Ver el mundo desde la
perspectiva de la diversidad cultural, y como dice Arno Peters: "Ya
no vemos el mundo desde el ángulo de nuestro propio país,
sino el propio país desde la perspectiva del mundo."15. Este
cambio de actitud es correctivo de los diferentes enfoques etnocéntricos,
por lo tanto, constituye un paso adelante en el campo de las ciencias
sociales.
c) Pensar desde la propia identidad cultural, ya sea mestiza, criolla,
aborigen, etc., para construir el nosotros y proyectarse hacia
el futuro, en un proceso permanente de destrucción y construcción
unida a proyectos que le den sentido. En otras palabras como pueblos
dependientes, que en lo interno, se caracterizan por tener una
diversidad cultural: población mestiza, plurilingüistica,
plurietnica y pluricultural, como sociedades complejas y dependientes
del imperialismo a un mismo tiempo nacionales y multinacionales.
Pensar desde cada lugar en que vivimos, parece simple, pero no
debemos olvidar los mestizos, que nosotros fuimos formados, sin
darnos cuenta, en una concepción eurocentrista. También
estamos experimen-tando la hegemonía de la cultura europea
en el mundo, entonces, para ser coherentes, debemos sustraernos
a esa influencia dominante, trabajando en la construcción
de una síntesis cultural mestiza y propia. Edmundo Heredia
lo plantea así:
Una clave para la comprensión(...) es la historia sentida
y pensada como experiencia vital y la perspectiva de lo americano
que recibe, incorpora, asimila y recrea lo europeo a la vez que
recupera e instala a la autoctonía americana, es el estudio
de las culturas latinoamericanas.16
d) La crítica al eurocentrismo nos permite ver otra característica
que suele manifestarse en Latinoamérica el xenocentrismo,
es decir, valorar más lo ajeno que lo propio, valorar lo
europeo más que lo latinoamericano. Esto se debe entre otras
cosas a la aculturación y su enorme peso en el inconsciente
colectivo de los pueblos. De esta manera resultó ser una paradoja:
El etnocentrismo es un fenómeno común a la mayoría
de los pueblos, sin embargo, coexiste en las mismas personas y
pueblos con el xenocentrismo.
Es necesario ejercitar el autocontrol del etnocentrismo propio,
esto requiere una práctica prolongada para evitar caer en
el otro extremo como es el américacentrismo, asiacentrismo,
africacentrismo, etc. De esta manera, la historia deberá «mostrar
la diversidad y la relatividad de las culturas».17 Otro concepto
a tener en cuenta es el de la ambigüedad, como una
característica presente en los fenómenos sociales
y culturales donde predominan las culturas mestizas y dependientes.
e) "La cultura europea se ha asentado en un básico
divorcio entre la naturaleza y la cultura, en donde el hombre se
concibe a sí mismo como dominador de la primera más
que como parte integrante de la misma."18 A este divorcio
han contribuido las ciencias modernas de la naturaleza y del hombre.
En este campo nos damos cuenta que el progreso moderno puede
llevar a la autodestrucción, de ahí que, surgieron
los movimientos ecologistas tratando de religar al hombre y la
naturaleza. La armonía hombre naturaleza es el principio desde
el cual se pretende recuperar el equilibrio ecológico y
abandonar el accionar destructor de la naturaleza considerada como
un simple recurso económico para explotar. |
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¿Cuáles son las implicancias metodológicas
del cambio de paradigma?
Estamos hablando de una historia en función social
y de la naturaleza que registra y explica los cambios en
la naturaleza y las acciones humanas.
Nuestro enfoque histórico se realiza desde la perspectiva
del mundo considerando la diversidad y relatividad de las culturas
de cada continente o país. Al enfocar de esta manera debemos
incorporar lo omitido, o sea, la historia de los pueblos
extraeuropeos. En los países periféricos, generalizando,
podríamos decir que hay dos historias paralelas la oficial
eurocentrista y la historia de los pueblos aborígenes. Para
ser abordada, esta última, hay que considerar contradicciones
y actores sociales que antes se soslayaban. Se requiere apelar
a la heurística para crear conceptos específicos en
las investigaciones de las experiencias de cada país. La
especificidad de los conceptos nos permitirá alcanzar mayor
precisión en las interpretaciones y contribuir a superar
las extrapolaciones distorsionantes. Recordemos la red conceptual sugerida:
conceptos monoculturales, pluriculturales y universales.
Esta es una manera de afrontar la crisis interpretativa que genera
el mutuo desconocimiento cultural de lo europeo y no europeo.
Otro aspecto lo constituye la renovación metodológica
en torno al uso de la etimología como rama de la filología.
Podemos partir de concebir que la "Etimología" es
un concepto universal y que comprende el origen de las palabras,
la razón de su existencia, forma y significado. A ésta
definición del diccionario, le debemos asociar las transformaciones
en las palabras relacionadas con sus contextos culturales y territoriales
propios y ajenos como parte de procesos históricos.
La etimología de las palabras suele ser la parte inicial
de un criterio científico moderno para nombrar un concepto
o una teoría. Este consiste regularmente en tomar siempre
palabras de origen griego o latino y luego se define la ciencia.
Por ejemplo: Etimológicamente, la palabra antropología se
deriva de la raíz griega antropho (hombre) y de
la terminación nominal logia (ciencia). Este criterio
se repite con las diferentes disciplinas cuando se abordan los
temas de investigación de todo tipo y de diferentes culturas
en todo el planeta. Sí bien el criterio es válido,
tiene limitaciones, los idiomas son siempre parte de una cultura
y en su propio contexto funcionan adecuadamente, pero en otros
contextos culturales no puede nombrar del mismo modo todas las
cosas, es allí donde se debe observar que hay palabras imposibles
de traducir a otra lengua, hay fenómenos que sólo
pueden nombrarse desde la propia lengua y cultura. Resultan ininteligibles
o no pueden definirse desde lenguas europeas. Esta es otra limitación
de la ciencia moderna eurocentrista.
¿No sería más conveniente y enriquecedor tomar los significados
de palabras de varias lenguas como el Nahualt, Quichua, Guaraní, lenguas
Bantú, Swahili, Sánscrito, Hindi, Chino, Thai, Urdu, Arabe, etc.,
además del griego y el latín? Sí se trata de formar conceptos
de carácter universal sería interesante tomar varias lenguas
de los distintos continentes como referencias. Cuando se investigan problemas
singulares de un determinado pueblo, la lengua de esa cultura puede estar dando
la palabra precisa para un concepto local o regional. Comparar los significados
de una misma palabra en varias lenguas nos puede deparar la sorpresa de aportes
no considerados.
Este criterio más amplio, que tomar el griego o el latín
solamente, incluyendo otras lenguas podía dar lugar a conceptos
o teorías, etc., que no pueden ser entendidas desde los
supuestos eurocentricos porque tienen el límite de las lenguas
y culturas europeas.
Sería interesante indagar de este modo sobre las palabras
hombre, mujer, individuo, comunidad, educar, conocimiento, paz,
guerra, trabajo, logos, tao, contemplación, etc. Luego hacer
las respectivas comparaciones relacionadas a temas o investigaciones
concretas. También tomar investigaciones en las que el investigador
por no conocer la lengua propia del lugar no puede llegar a ciertas
conclusiones y, se nota en trabajos realizados que no guardan la
correcta relación el desarrollo con las conclusiones.
La historia oral forma parte de los estudios que antes
eran objeto de omisión, y ahora necesita difundirse, para
salvar los testimonios de los pueblos sin escritura.
Jean Chesneaux propone «integrar la historia natural en la
historia social».19 Se trata de relacionar fenómenos
naturales como el clima, la desertización, particularmente
en los países periféricos donde se produjeron grandes
transformaciones, y su relación con el hombre; su consecuencia
la crisis del medio ambiente y la ecología.
¿Esta propuesta de trabajo permitiría una historia más
objetiva que la historia eurocentrista? La subjetividad del historiador esta
siempre presente como dice E. H. Carr:
(...) la interpretación es elemento constituyente del dato
histórico.(...) Mi primera contestación a la pregunta
que es la Historia, será pues la siguiente: un proceso continuo
de interacción entre el historiador y los hechos, un diálogo
sin fin entre el presente y el pasado.20
Al sentido de avance lo dan las verdades provisionales o explicaciones
que se puedan elaborar como fruto de investigaciones. Nuestro conocimiento
del etnocentrismo debe permitirnos llegar al autocontrol de las
propias pautas culturales, reduciendo un gran obstáculo,
y mejorando la objetividad, junto a nuevos conceptos, teorías,
tecnología (filmaciones, grabaciones), el debate y la crítica.
Se trata de una tarea colectiva para intelectuales de todas las
disciplinas, que enriquecerá la capacidad de comprensión
y las posibilidades de elaborar explicaciones sobre el pasado y
el presente.
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BIBLIOGRAFIA
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los asuntos internacionales, Ed. Siglo XXI, México,
1966. Wolf, Eric, R.: Europa y la gente sin historia,
Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1987.
1. El autor señala
que estos asuntos de negros e indios rozan su tema la democracia,
sin embargo, «son americanos sin ser democráticos»,
eran excluidos del sistema político. Alexis de Tocqueville:
La Democracia en América I, Ed. SARPE, España, 1986.
(p. 317).
2. Alexis de Tocqueville, op. cit., (p. 321).
3. La aculturación es un proceso de cambio
complejo, en el cual a medida que se impone la cultura invasora
se va destruyendo la del grupo invadido. El resultado será que
producirá hombres de ropa occidental y sanas costumbres,
pero gravemente enfermos del alma, y es probable que también
del cuerpo. Colombres, A.1977.
4. Worsley Peter, El tercer mundo, Ed. Siglo XXI,
México, 1966. (p.54).
5. Ferro, Marc: Una historia global, (p. 42).
6. Este parentesis tiene el sentido de aclarar,
que Marx consideraba como parte del progreso la destrucción
de otros modos de producción y la introducción del
capitalismo en pueblos no europeos. Este fue un aspecto eurocentrista
en él.
7. Chesneaux, Jean, ¿hacemos tabla rasa
del pasado? (pp. 120 y 121).
8. Wallerstein, Inmanuel: El eurocentrismo y sus
avatares. New Left Review, Nº0, (pp. 97,98,99).
9. Heredia, Edmundo, A.: Espacios Regionales y
Etnicidad, Editorial, Alción, Córdoba, 1999. (p.
15).
10. Cardoso, Ciro, F.S. y Brignoli Pérez,
H.: Los métodos de la Historia, Editorial, Crítica,
Barcelona, 1984 (p. 54).
11. Anderson, Perry: El Estado absolutista, Editorial,
Siglo XXI, México,
1980. (p. 568).
12. Marx, Carlos: Futuros resultados de la dominación
británica en la India, en Obras Escogidas, Ediciones, Lenguas extranjeras,
Moscú, 1961. (p.361).
13 Braudel Fernand: Las civilizaciones actuales, Editorial,
Tecnos, Madrid, 1978. (pp. 227 y 228).
14. Perrot Dominique y Preiswerk Roy: Etnocentrismo e historia,
(pp. 86 y 87).
15. Peters, Arno: La nueva cartografía, Editorial, Vicens
Vives, Barcelona,1992. (119).
16. Heredia, Edmundo, A.: Espacios regionales y etnicidad, Córdoba,
1999. (p.159).
17. Perrot, Dominique y Preiswerk, Roy, op. cit. (p.382).
18. Magrassi, G. E.; Frigerio, A y Maya, M. B.: Cultura y civilización
desde sudamérica, (p. 159).
19. Chesneaux, Jean : ¿Hacemos tabla raza del pasado? , Editorial, Siglo
XXI, Argentina, 1984. (p.139)
20 Carr, E.H.: ¿Qué es
la Historia?, Editorial, Ariel, Barcelona,1983. (p.40) |
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El desafio de descolonizar la educacion eurocentrista
Autor:
Francisco Bauer (Universidad Nacional Córdoba)
Los especialistas han caracterizado a los años 80' como
una década perdida para la educación en Centro
y Sudamérica; pasados los 90' y los cuatro años
que van del siglo XXI, todavía se continúa con
el mismo juicio de valor, excepto Cuba que aparece como la única
excepción.
La situación en la Argentina, es similar a toda la región,
está marcada por los efectos de la política neoliberal,
que transformó la educación de un derecho en un
bien al que pueden acceder sólo los que tienen poder adquisitivo
para comprarla. En consecuencia, el Estado se desentiende cada
día más de la educación pública y
gratuita, favoreciendo la gestión privada en todos los
niveles, primarios, secundarios y universitarios. La legislación
educativa está en consonancia con la política de
los economistas del Banco Mundial. Toda la educación pública
transita el camino de la precarización por causa de los
salarios docentes, de las reformas educativas, de la formación
de los profesores y de los estudiantes, y está cada vez
más lejos de las verdaderas necesidades de nuestros pueblos.
Se pretende educar en función de los requisitos del mercado
y no para la formación integral de las personas. Inclusive,
las campañas de alfabetización se tornan cada vez
más importantes debido a que aumenta el número
de iletrados y la deserción escolar en todos los niveles;
el campo de la educación de adultos se agranda, y paradójicamente
las universidades hoy son universidades de masas y están
empantanadas, porque ni las políticas oficiales ni las
de oposición dan respuesta de fondo. La educación
sigue por mal camino.
Lo expresado hasta el momento es un esquema general sobre los
problemas que planteamos los educadores preocupados por la transformación
educativa. Pero, lo dicho, no constituye el problema central
de la educación, porque
la educación para todos sin considerar los cambios en
el qué y cómo se enseña significa seguir
formando bajo las pautas del saber eurocentrista; es decir, seguimos
siendo funcionales a los países centrales, a la dependencia
cultural y nuestros ciudadanos tienen ese sello que también
podemos llamar aculturación. En otras palabras, el
problema central del la educación consiste
en el gran desafío de descolonizar la educación
eurocentrista.
Necesitamos apelar a la historia para fundamentar el problema
central de la educación. Desde 1492, fecha en que llega
Colón a América, se inicia la expansión
europea por todo el mundo; ésta generó una contradicción
intercultural entre la cultura europea moderna
y la diversidad cultural del resto del mundo. Desde
de la conquista de América y la colonización en
adelante, esta contradicción intercultural manifiesta
un proceso de aculturación de larga duración
que llega hasta el presente, donde los conquistadores y colonizadores
impusieron su cultura europea a los conquistados. Vayan algunos
ejemplos:
a) Las características básicas fueron la obligatoriedad
de aprender la lengua española y portuguesa;
b) los misioneros de la religión cristiana al mismo tiempo
que evangelizaban, explotaban al nativo, y les correspondió el
mayor peso en la tarea de aculturación;
c) las instituciones políticas como los virreinatos, las
audiencias, los cabildos, etc., organizaron la colonia.;
d) las
imposiciones económicas tales como: las encomiendas,
la mita, los monopolios comerciales, el impuesto que pagaban
los indios, la expropiación de tierras, impedir el desarrollo
de la industria en las colonias americanas;
e) en el plano social: la familia monogámica, el principio
de pureza de sangre;
f) la mezcla biológica y cultural de los pueblos originarios,
europeos y africanos dio lugar a un mestizaje rico en su diversidad
que se prolonga hasta el presente.
Durante el siglo XIX se inicia el gran movimiento emancipador
con la independencia de Haití en el año 1804 (ex-colonia
francesa); posteriormente Argentina, Chile, Perú, Colombia,
Bolivia, México, Brasil, etc., rompieron los lazos coloniales
con España y después con Portugal. La independencia
política de Centro y Sudamérica no eliminó la
aculturación, sino que significó su continuidad
bajo otras formas: a) Se pasó de los patrones culturales
españoles - lusitanos a los patrones franceses y británicos.
b) Las elites criollas y mestizas fueron los agentes de la independencia
y de la aculturación tratando de imitar a Europa, al mismo
tiempo, se diferencia a esta región centro sudamericana
de otros continentes como África o Asia, que no contaron
con esta clase de intermediarios comerciantes y latifundistas
fueron africanos y asiáticos los protagonistas de sus
independencias. c) Los hombres de la iglesia vieron reducir su
espacio y los laicos anticlericales ampliaron e intensificaron
su papel en las instituciones políticas y educativas generalizando
la educación primaria. d) Los cambios técnicos
de la Revolución Industrial y las comunicaciones modificaron
el ritmo y los modos de la aculturación: el barco a vapor
traerá productos industrializados, libros, revistas,
ciencia, conferenciantes, música, danza, perfumes, muebles,
etc., como decían las propagandas: "Recién
llegados de Europa". A fines del siglo XIX el positivismo,
los cambios científicos, y tecnológicos de la segunda
Revolución Industrial favorecieron el consumo y la imitación
de lo europeo francés, de donde se veía el progreso
y la civilización como los modelos a seguir.
El siglo XX y el comienzo del XXI tienen otras novedades en el
proceso de aculturación sobre los países del sur.
a) Adrián Salbuchi relata la formación del Consejo
de Relaciones Exteriores (CRE) como una organización constituida
por propietarios de empresas multinacionales, académicos,
políticos de Estados Unidos y Gran Bretaña desde
el año 1923 y que funciona hasta el presente con el fin
de construir el pensamiento único, la civilización única, la
homogeneidad cultural de la humanidad. Este planteo
implica un peligro cotidiano para el derecho a la diversidad
cultural de los pueblos, es decir el derecho a ser, dejar ser,
el respeto al derecho del otro.
b) La tercera Revolución Tecnológica vuelve a modificar
las pautas de consumo y subconsumo y los ritmos de comunicación
por medio de la informática y la televisión; estos
son instrumentos tecnológicos de aculturación que
forman sentimientos, actitudes, conocimientos, prejuicios, etc.,
alterando los procesos de endoculturación y enculturación.
c) La generalización de la educación secundaria
y la trans-formación de la educación universitaria
en universidades de masas, con un cincuenta por ciento de participación
de la mujer, da lugar a una paradoja: eleva el nivel educativo
y, sin embargo, los ata aún más a la cultura de
Europa. Esta educación sigue pautas eurocentristas desde
sus principios filosóficos cartesianos, pasando por Kant,
Hegel, Husserl, etc., manifestándose también en
las ciencias sociales y naturales y en los contenidos de planes
de estudios, de la estructura educativa, de la legislación,
etc.
d) El liberalismo y el marxismo forman parte del mismo proceso,
aunque uno sea el antídoto del otro, este último
no escapa a las consideraciones del eurocentrismo en este plano.
e) Por último el neocolonialismo es la forma actual de
la dependencia y de la aculturación ejercida por la hegemonía
de la cultura europea (entendiendo, por Europa la expresión
cultural que incluye a Estados Unidos como parte del mismo bloque
cultural).
La aculturación conciente o inconsciente constituye un
obstáculo epistemológico polifácetico que
obstruye pensar, reconocernos, educar en libertad, proyectarnos
individual y colectivamente desde nosotros mismos. Este problema
lleva siglos y ha llegado el tiempo de ponerle freno. La necesidad
de dicho freno a la cultura europea es vital, ya que, es la causante
de la inequidad económico-social, de la desigualdad en
la distribución de los conocimientos, en la política
y la ética, en sus efectos devastadores sobre el ecosistema
poniendo en riesgo no solo la vida humana, sino también,
todas las formas de vida animal y vegetal del planeta. Estos
efectos han contribuido al cuestionamiento de sus fundamentos
metafísicos.
La aculturación tan prolongada no fue completa en nuestra
región de Centro y Sudamérica, pero esto no debe
hacernos perder de vista que este proceso de aculturación
eurocentrista se desarrolla a escala mundial. Este tema debería
ser motivo de un debate mundial entre educadores y los movimientos
sociales afectados. En caso contrario, será reformar
en el marco de la educación eurocentrista y acentuar la
dependencia cultural. Debemos guiarnos por lo que decía
Paulo Freire: que la educación sea una práctica
de libertad, y para que eso sea posible, hay que correr el velo
de la aculturación.
Para descolonizar la educación eurocentrista propongo
el siguiente programa de trabajo:
1) Hacer una revisión crítica de la cultura moderna
europea y capitalista en su propio contexto.
2) Deconstruir, desenmascarar y corregir las omisiones y tergiversaciones
eurocéntricas.
3) Continuar conformando una red conceptual, de categorías,
teorías, explicaciones, rescate de antiguos principios
y cambios metodológicos que permitan abordar a lo "otro",
lo diferente, lo ignorado, lo exagerado, lo tergiversado por
las actitudes, los prejuicios, los sentimientos y las explicaciones
eurocéntricas; de este modo, intentaremos poner cada cosa
en su lugar. Esto no implica caer en actitudes americacentrista,
asiacentrista o africacentrista.
4) Tratar de crear pedagogías de la descolonización
de la educación, introduciendo cambios que recuperen las
diversas pedagogías de la pluralidad cultural de los pueblos,
es decir, las diferentes formas de pensar y educar.
Esta tarea necesita innumerables actores de todas partes: investigadores,
docentes y la juventud para investigar, hacer docencia y difundir
los resultados a todos los niveles formales, no formales y de
educación popular. Implica cambiar el desde dónde, el qué y el
cómo se piensa y enseña. El método
de la deconstrucción se realiza a partir de la crítica
al colonialismo cultural: a los conceptos, categorías
y explicaciones en su propio contexto, para así construir
otros saberes, dando lugar al descentramiento y la descolonización
de la educación eurocéntrica. De este modo, la
aculturación como un obstáculo epistemológico
polifacético sería deconstruido.
El producto de la aplicación del programa de trabajo deberá ser
asociado con los movimientos sociales y los cambios de las leyes
de educación, planes de estudios, de programas, de sus
estructuras y modalidades.
En la práctica algunos de los objetivos son:
a) Transferir a los distintos ámbitos educativos los cono-cimientos
y actitudes y sentimientos que corresponden a la formación
de la identidad de nuestro ciudadano.
b) Desarrollar la crítica a los enfoques eurocentristas
en las distintas disciplinas.
c) Estimular la revisión de las ciencias naturales sociales
y la filosofía.
d) Explicar aquello que el eurocentrismo omite y tergiversa.
e) Comprender como se supera el enfoque eurocentrista y los diversos
etnocentrismos.
f) Difundir los nuevos saberes como por ejemplo: la nueva cartografía
de Arno Peters.
En esta situación, el eurocentrismo continúa siendo
una fuerza peligrosa para la humanidad en toda su complejidad:
los miles de genocidios, etnocidios, culturicidios, son crímenes
de lesa humanidad y un día tendrá que hacerse el
juicio que nunca se hizo a Europa. Esta realidad constituye una
referencia para pensar el desafío de educar comprometido,
o seguiremos reproduciendo la cultura como occidentalizados por
oxídente con equis porque a todo lo diferente lo corroe
y destruye porque se considera única, universal y excluyente
de los otros saberes.
La propuesta de descolonizar el saber significa reconocer la
historia del colonialismo, el neocolonialismo como los períodos
históricos en los que se practicó la aculturación
de miles de pueblos. Revertir ese proceso de aculturación
es la tarea educativa del presente, tarea que no debe interpretarse
como una vuelta atrás, como educación sólo
reproductiva de los saberes, sino, por el contrario, desde programas
de investigación e interacción educativa en toda
su complejidad.
Estaríamos aportando a otro tipo de ciudadanía,
con reconocimiento y revalorización de la identidad, y
de los valores éticos que corresponden a los pueblos originarios
y a los pueblos nuevos formados por los mestizos biológicos
culturales que en la construcción de la síntesis
cultural construyen su propio proyecto.
Las pedagogías de la descolonización de la educación
deben reemplazar a la pedagogía eurocéntrica para
ponerle límite al proceso de aculturación planetario.
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¿Cuál es la identidad de los argentinos?
La metáfora
del crisol de razas fue utilizada con
un sentido positivo de mezcla biológica y ausencia de racismo.
También se plantea como negativo, porque contribuiría
a que no tengamos identidad, planteándose de este modo un
gran problema nacional.
Sarasola en su libro "Nuestros paisanos los indios",
explica que en la Argentina, y esto es válido para otros
países de la región, durante la colonización
española se produjo un proceso de mestizaje con los pueblos
autóctonos y africanos. Luego, con la oleada de inmigrantes
europeos se dio el segundo mestizaje a fines del siglo XIX y principios
de siglo XX. Se trata de dos momentos de mezcla, pero no solo biológica,
sino también cultural. Constituida de modo singular con
la acumulación española que se prolongó durante
trescientos años, las supervivencias de las culturas locales,
lo africano, en menor medida, y lo español modificado, recreado
en estas tierras. Esto nos permite definir tanto a los individuos
como a la sociedad argentina, como mestiza biológica y cultural.
Aunque, en unas provincias estén más mezclados que
en otras, unos tengan la piel más clara o más oscura,
la mayoría somos mezcla biológica y cultural.
Este es el denominador común de nuestra identidad y que
me permite decir: yo soy un mestizo en mi cuerpo y mi cultura,
desde esta posición me pienso y me proyecto, también
me permite avanzar hacia la construcción del nosotros simultáneamente
elaborando proyectos propios.
Sin lugar a dudas, más del noventa por ciento de la población
argentina somos mestizos. Los diecisiete pueblos autóctonos
o aborígenes que lograron la hazaña de sobrevivir
hasta hoy, son un conjunto de minorías, por lo que corresponde
definir al país como pluriétnico, plurilíngüistico
y pluricultural. La mayoría evidentemente no es europea
ni aborigen, ni africana, sino mestiza y es desde allí que
se elabora la síntesis cultural propia, tratando de desmontar
el coloniaje cultural y la ambigüedad interpretativa generada
por esa mezcla cultural, que nos hace vivir la paradoja de valorar
más lo ajeno (xenocentrismo), y otras veces valoramos más
lo nuestro. Por todo esto, nos podemos definir como Pueblo Nuevo,
pues nuestra esencia surge de la mezcla y la síntesis cultural
singular.
Reconocernos como mestizos biológicos y culturales es la
tarea educativa del presente y del futuro, la identidad es la fuerza
que ayuda a construir caminos propios y dejar de imitar los modelos
ajenos, que además son irrepetibles. Descubrir quienes somos
los argentinos, este ser mestizo con toda la fecundidad biológica
y cultural de su significado, es un forma de ponerse de pie para
hacer nuestro propio camino.
TRES ASPECTOS DE LA IDENTIDAD DE LOS ARGENTINOS
Los tres aspectos a los
que nos vamos a referir son parte de una investigación que lleva años, pero de modo discontinuo,
debido a las condiciones de trabajo siempre dificultosas, por las
adversidades que los docentes universitarios debemos afrontar para
producir intelectualmente. Dicha investigación hunde sus
raíces en tiempos lejanos, de los pueblos autóctonos
con sus propios procesos históricos culturales que fueron
interrumpidos y alterados por la conquista y la colonización
dando lugar a un proceso de aculturación europeísta,
que no se detendrá con la emancipación americana,
sino que continuará en manos de las elites criollas, hijos
de europeos, dado que nos independizamos de España pero
no de Europa, no fueron los pueblos autóctonos indígenas
los protagonistas de dicha independencia, como ocurriera en Asia
o África donde africanos y asiáticos son los protagonistas
de sus indepen-dencias. El proceso de europeización dio
lugar a otro proceso paralelo de resistencia cultural o de contraaculturación
que también llega al presente. Con el transcurrir de los
siglos, se intento en los proceso de aculturación y contraaculturación
la integración, este concepto tiene dos sentidos que no
debemos confundir, uno es el de integrar, someter, los pueblos
de América o Abya Yala a la cultura de España y a
Europa con sus diversidades internas y, otro sentido es el de integrar
en pie de igualdad y de reciprocidad aquí, localmente en
argentina, sin animo de sometimiento, ni de subordinación
del otro, aunque esta situación genere ambigüedad,
debemos considerarla parte constitutiva del proceso de mestizaje
cultural en nuestro país. |
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LA TOPONIMIA MESTIZA
Esta reseña es parte de
un trabajo titulado "La Toponimia
de Córdoba y su Relación con la Identidad",
todavía inédito.
Algunas de las ideas principales y conceptos tratados son los siguientes:
La toponimia según los diccionarios, es una palabra derivada
del griego topos, lugar y ónoma, nombre. Significa el estudio
del origen y significado de los nombres propios del lugar. Lo dicho
esta unido a los estudios de la topografía y cartografía
en los cuales se describen la superficie y los accidentes que presenta
el terreno particularmente en los mapas y planos.
La toponimia y sus variaciones son testimonios, donde cada palabra
tiene una carga histórica, antropológica y lingüística,
desde antes de la conquista pasando por la colonización
la postcolonialidad hasta el presente y esto esta intimamente relacionado
con la identidad. Tal es el caso del toponimo América, que
ha dado lugar a debates entre filósofos, historiadores,
literatos, etc. Donde se plantearon nombres alternativos como:
Hispanoamérica, Iberoamérica, Amerindia, América
Latina, América Anglófona y el último nombre
propuesto por un congreso de pueblos originarios es Abya Yala que
en lengua Kuna (aborígenes de Panamá) quiere decir
tierra en continuo crecimiento. Entonces, decirnos americanos implica
una identidad discutida, pero identidad al fin. Cada nombre nos
identifica con un lugar en particular y también se encadenan
desde la pedanía, con el departamento, la provincia, el
país y el continente. Unos nombres son inclusivos de otros
y nos dan un sentido de pertenencia, también un sentimiento
unido a cada lugar donde se ha nacido o vivido.
El espacio de estudio es la actual provincia de Córdoba
y su conformación originaria. En este estudio la temporalidad
esta dada por el nombre de cada lugar y los acontecimientos que
acompañaron tal nombre. Los objetivos generales y específicos
son contribuir a los estudios históricos de la provincia
de Córdoba y de la identidad como tema importante de nuestro
pasado y presente. Mostrar como los nombres puestos a los diversos
lugares por los colonizadores alteró la identidad de sus
habitantes, favoreciendo el proceso de aculturación con
nombres españoles y cristianos. Señalar como los
cambios de toponimos se corresponden con la situación y
los aconteci-mientos vividos en cada lugar ya sean estos políticos,
económicos y culturales de los períodos colonial
y postcolonial.
El concepto de toponimia mestiza surge
de considerar dos aspectos o cosas, una es la mezcla de la lengua
aborigen y española
en la tonada, o bien en la palabra en sí, tal es el caso
de Mina Clavero que deriva del término Milac Navira nombre
de un jefe aborigen local y transformado a través del tiempo.
Uno de los varios significados sería "agua que brilla" o "creciente
de agua en la roca". Otro caso es Córdoba de la Nueva
Andalucía (que reemplazó a Quisquizacate) con el
tiempo quedo reducido simplemente a Córdoba. El segundo
aspecto lo forma la coexistencia de toponimos aborígenes
con otros españoles
o europeos en una misma pedanía, departamento y provincia.
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LA TOPONIMIA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA
La provincia de Córdoba esta conformada por 26 departamentos
de los cuales seis son toponimos autóctonos: Calamuchita,
Ischilín, Pocho, Punilla, Totoral y Tulumba. Los veinte
restantes son toponimos españoles y cristianos.
Cada departamento está subdividido en pedanías
a fin de que la administración se haga sentir, no molesta
ni costosa para los administrados, por su pequeñez, ni
complicada para su autoridad. Así como en la provincia
coexisten toponimos españoles y autóctonos, veremos
que se repite esta coexistencia con las pedanías dentro
de varios departamentos.
A modo de muestra el Departamento Minas tiene cuatro pedanías
una de ellas es Guasapampa: proviene de las voces quichuas huasap
= de atrás y pampa = campo; es decir campo de atrás.
Sí tomamos los toponimos de las ciudades cabeceras de
departamentos y las localidades o poblados volvemos a encontrar
esta coexistencia de los dos tipos de toponimos. En este departamento
sobre ocho localidades dos tienen nombres aborígenes:
Guasapampa (ya explicada) y Talaini: en lengua quichua Tala= árbol
autóctono; ini lengua camiare, podría traducirse
como "pueblo del tala".
Luego si tomamos los toponimos de ríos y montañas
en el mismo espacio, observamos que se repite esta combinación
ya señalada: Río de Salsacate: posiblemente derivado
sal = jefe aborigen del lugar y sacate = pueblo; o sea pueblo
del jefe sal. Y Cerro Orcosuni: quichua orco = cerro y suni =
alto. El Cerro San Guillermo y Río del Sauce son expresiones
españolas.
En cada uno de los departamentos tenemos situaciones semejantes.
Antes de terminar el trabajo pude darme cuenta, de que en nuestro
país la Argentina también tenemos esta coexistencia
de toponimos con los nombres de las provincias: Salta, Jujuy,
Tucumán, La Pampa, Neuquén, Chubut, Chaco son nombres
aborígenes y otras con nombres españoles y cristianos
como Mendoza, San Juan, Santa Fe, etc. Al interior de cada provincia
argentina se presenta un panorama semejante en la cartografía
al que tenemos en Córdoba, con sus propias particularidades
lingüísticas e históricas de esos espacios.
Incluso los nombres de los países de América Latina
tienen una toponimia aborigen como Perú y México
y también una española como Ecuador y Argentina.
Por último, se podría afirmar como una primera
aproximación importante, de que, el concepto de toponimia
mestiza aplicado a Córdoba se podría hacer extensivo
a la Argentina y América Latina, con la advertencia que
en cada país el mestizaje es diferente. Por lo tanto,
estaríamos explicando y señalando un rasgo componente
de nuestra identidad cada vez que alguno de nosotros dice, soy
de tal lugar.
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LA LENGUA MESTIZA
La lengua es un aspecto estructural
vivo y por lo tanto cambiante de la identidad o personalidad de
cada pueblo. La globalización
entendida como una tendencia a la uniformidad cultural de la humanidad,
dirigida intencionalmente, tiene un efecto conflictivo y negativo
sobre la identidad lingüística de la diversidad histórica
cultural de los pueblos, que todavía hoy resisten defendiendo
sus lenguas.
En Rosario, Argentina se llevó a cabo el Tercer Congreso
Internacional de la Lengua Española. Paralelamente se realizó el
Congreso de "LaS Lenguas" opositor al congreso oficial,
acompañado de una movilización alentada por las organiza-ciones
participantes. Esta situación puede ser interpretada como
una expresión del largo conflicto intercultural generado
por España contra la diversidad cultural de los pueblos
autóctonos. Hasta podríamos decir en forma de pregunta ¿Por
qué aflora este problema en el año 2004? En general
podemos aproximarnos señalando que existe un movimiento
de recuperación de la memoria, de la autoestima y de la
identidad de nuestros pueblos de América o Abya Yala, de
las lenguas de los otros, de los subalternos que buscan su reconocimiento,
por lo tanto su liberación.
El rey Juan Carlos de España reivindicó al español
como lengua mestiza. Afirmó: "Se convoca ahora a los
congresista para que reflexionen, en dialogo, sobre identidad lingüística
y la globalización. Todas las lenguas son en menor o mayor
medida mestizas y el español ha ensanchado su mestizaje,
primero en la península y luego a lo largo de América".1 Este
reconocimiento del rey de España era inimaginable años
atrás. No obstante, el rey con este gesto pretende el objetivo
de que la real academia de la lengua española siga siendo
la autoridad lingüística internacional en América
Latina, con los diversos beneficios que esto le depara.
En nuestro país, Argentina, la lengua española se
mestizó de un modo particular, como son particulares los
diversos mestizajes, con lenguas y tonadas tales como las lenguas
quichua, guaraní, huarpe, mapuche, araucano, tehuelche,
ranquel, etc. Este mestizaje lingüístico en nuestro
país es un rasgo de argentinidad transversal a nuestra cultura
y personalidad, además de coexistir con las lenguas de los
pueblos autóctonos. Por lo tanto, nuestra argentina es pluringüística.
1. Diario, Hoy Día
Córdoba,
18 - 11 - 2004, p.8.
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NUESTROS SÍMBOLOS PATRIOS
Por último el tercer aspecto de nuestra argentinidad. Nuestra
bandera argentina creada por Manuel Belgrano esta formada por los
colores celeste y blanco, borbónicos, europeos y en su centro
tiene un sol incaico, esta combinación que no fue casual,
también nos permite decir que nuestros símbolos patrios
bandera y escudo son mestizos. Puede resultar hasta chocante esta
afirmación, pero es imprescindible desprejuiciarse para
avanzar en la propia descolonización del conocimiento.
El Acta de la Independencia del 9 de julio de 1816 fue traducida
a la lengua quichua y aimara como medio para alcanzar una mayor
difusión.
El Himno Nacional Argentino compuesto por Blas Parera y Vicente
López y Planes en sus estrofas dice:
Se levanta a la faz de la tierra
Una nueva y gloriosa Nación:
Coronada su sien de laureles
Y a sus plantas rendido un León
Se conmueven del Inca las tumbas
Y en sus huesos revive el ardor
Lo que va renovando a sus hijos
De la Patria el antiguo esplendor.
Como se puede apreciar el Himno Nacional argentino hace clara referencia
a la cultura autóctona por medio del Inca y crítica
al imperio español. De las diez estrofas del himno sólo
cantamos tres las otras siete fueron dejadas de lado. Esto se hizo
por un decreto del poder ejecutivo del 30 de marzo de 1900. Donde
dice que en las festividades oficiales o públicas, así como
en los colegios o escuelas del Estado sólo se cantarán
la primera y la última cuarteta y el coro de la canción
sancionada por la Asamblea General del 11 de mayo de 1813. La finalidad
fue congraciarse con el antiguo amo España.
Con estas observaciones me animo a decir, que nuestro mestizaje
es mucho mayor de lo que pensamos habitualmente y comencemos por
reconocerlo, es nuestra referencia.
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Se terminó de imprimir
en el mes de Octubre de 2007 en los Talleres Gráficos de
EDITORIAL LA CAÑADA Marcelo
T. de Alvear 233. Tel./Fax: 0351- 4241984 5000. Córdoba
(Rep. Argentina).
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